Portal Vilnius-Lublin
Portal Vilnius-Lublin
Los caminos del arte actual en muchos casos están ligados a las nuevas tecnologías, el mundo audiovisual y la comunicación. Ese es el caso de esta singular obra que está al mismo tiempo en dos ciudades, en dos países, y con su presencia e interacción pretende unir de forma instantánea ambos lugares que están separados por una distancia de más de 600 kilómetros.
Es el Portal Vilnius – Lublin que está en esas dos ciudades: Vilnius de Lituania y Lublin de Polonia. Su apariencia es propia de las imágenes de ciencia ficción y nos propone una especie de puente virtual entre estos dos lugares, para que puedan comunicarse las gentes que hay a un lado y al otro. Pero más allá del mero hecho comunicativo, algo que hoy en día podemos hacer todos gracias internet y las diversas aplicaciones de nuestros smartphones, aquí se trata de una invitación en las calles de la ciudad, que permite ver al mismo tiempo la otra e interactuar con los desconocidos que hay al otro lado de la pantalla. Toda una experiencia visual concebida para fomentar acuerdos y eliminar cualquier prejuicio sobre el otro.
Esta idea parece surgida tras el periodo de confinamiento que provocó la pandemia de Covid-19, en un afán de paliar la perdida conexión que provocaban los viajes de años atrás. Pero en realidad el proyecto se comenzó a fraguar unos años antes. Fue una propuesta de interconectar gentes y lugares en tiempo real. Para ello se involucraron instituciones y creativos de los dos países.
Su aspecto ya es bastante elocuente de su propósito, ya que se trata de una especie de grandes ojos donde hay una pantalla para ver y también cámaras para ser visto al otro lado. Se han colocado en sitios emblemáticos y muy transitados de esas urbes. Al mismo tiempo su forma circular también se puede vincular con la idea de rueda del tiempo. E igualmente se ha buscado la sensación de que uno se asoma a una ventanilla para contemplar la tierra lejana, tal y como hacen los astronautas desde el espacio.
Están en la estación de ferrocarril de Vilnius y en la plaza Litewski de Lublin, la principal de la ciudad polaca. No es casual, ya que sus ideólogos quieren promover la relación y la comprensión entre los ciudadanos de ambos lugares. Generar empatía y conocimiento para solucionar los distintos problemas que nos atañen a todos. Y ver que, pese a los orígenes diferentes, las problemáticas del ser humano del siglo XXI son las mismas en cualquier lugar. De ahí que el proyecto sea más ambicioso y ya se está planificando la instalación de nuevos portales en otras ciudades de países europeos.