San Salvador de Priesca
La iglesia de San Salvador se encuentra en el municipio de Priesca en Villaviciosa, Asturias, y está considerada como una de las obras arquitectónicas en la que mejor se han sabido sintetizar las dos tendencias del arte prerrománico asturiano. En realidad, estaríamos hablando de un templo que ya pertenece al prerrománico más tardío -sería de la misma época que la iglesia de Santiago de Gobiendes- cuando los reyes asturianos, en este caso Ordoño II, ya había trasladado la corte a León tras ganar territorio al enemigo musulmán.
Parece ser que el templo fue consagrado el 21 de diciembre del año 921 o así al menos parecía rezar en una lápida fundacional que se encontraba en el interior del templo sobre una pilastra y que lamentablemente se perdió en la restauración llevada a cabo entre los años 1914 y 1924. El templo de San Salvador de Priesca presenta características forales muy similar a su vecino -tan solo distan unos veinte kilómetros- el monasterio de San Salvador de Valdedios por eso tradicionalmente los expertos estudian la iglesia como parte de las construcciones llevadas a cabo bajo el reinado del monarca Alfonso III, ya que las características estilísticas entre ambos son muy similares.
En planta nos encontramos ante un edificio más bien pequeño, de unos diecisiete metros de longitud que presenta tres naves de las cuales la central tiene el doble en anchura que las laterales. La separación entre ellas se lleva a cabo por arcos de medio punto que se encuentran ligeramente peraltados -un elemento típico del arte prerrománico asturiano- y que se apoyan en gruesos pilares con capiteles de tipo corintio y de sogueado. En la cabecera nos encontramos con un testero plano y tripartito, cada una de las naves desemboca en una capilla.
La nave central se abre a la capilla mayor a través de un gran arco que se configura como si fuese un arco de triunfo y en ella aún se aprecian los restos de frescos que debían decorar toda la parte de la cabecera. En cuanto a la cubrición de esta zona se realiza con bóvedas de medio punto de piedra mientras que las naves están cubiertas con un artesonado de madera.
La iluminación del edificio sigue también los mismos parámetros que otras iglesias prerrománicas asturianas, son pequeños vanos rectangulares que se cierran con celosías y ofrecen al interior un amplio juego de luces y sombras. También encontramos otro elemento que nos resulta familiar en las iglesias del prerrománico asturiano y que en este caso Priesca comparte con la iglesia de San Miguel de Lillo, la cámara secreta o cámara del tesoro, un pequeño espacio sobre el ábside principal que tan solo presenta acceso desde el exterior a través de dos pequeñas ventanas geminadas.