Salvador adolescente de Giovanni Antonio Boltraffio
Giovanni Antonio Boltraffio (1467 – 1516) fue uno de los alumnos y discípulos más aventajados que tuvo Leonardo da Vinci durante su estancia en Milán. De hecho, si se compara este Salvador adolescente del Museo Lázaro Galdiano de Madrid con alguna obra de Leonardo, como La belle Ferroniere, se pueden ver algunos puntos en común. Así que no es extraño que en más de una ocasión la obra expuesta en el museo madrileño se haya atribuido al genial da Vinci.
De algún modo Boltraffio consigue materializar muchos de los planteamientos leonardescos, e incluso es muy posible que para esta obra hecha entre los años 1490 y 1495, el propio maestro estuviera delante y le aconsejara según avanzaba la pintura. Y tal hasta agarrara el pincel de vez en cuando y aportara su toque a la tabla. Sin nos fijamos, vemos un busto central, con un personaje de largos cabellos, cuya melena se peina de roma simétrica y cae sobre los hombros. Las similitudes y las conexiones con el Salvator Mundi saltan a primera vista.
Además que no esté firmada, hace que todavía haya quien siga pensando que en parte o en todo puedo intervenir Leonardo. Si bien la gran mayoría de estudiosos e incluso el propio museo en su ficha de catálogo, le atribuye la pequeña tabla (43 x 36 cm) pintada a la óleo al pintor G. A. Boltraffio.
Fue un artista no demasiado longevo, y durante muchos años (1490 -98) trabajó a la sombra de Leonardo, en su taller de Milán, hasta que finalmente se independizó. Sabemos de él, que procedía de una familia rica, así que el dinero no era algo que le preocupara especialmente. Pero como buen artista, si que le movía la gloria. Así que una vez independizó se dirigió a Bolonia a cumplir con un encargo en la iglesia de Santa María Misericordiosa. Si bien acabaría regresando a su ciudad de Milán.
Allí tuvo cierto renombre y trabajo, y era muy valorado por su capacidad para el dibujo, mientras que su colorido era más sugerente que vivo. E incluso llegó a trabajar para la todopoderosa familia Sforza, la que realmente gobernaba en Milán y la región de Lombardía.
El caso es que hoy en día tiene obra distribuida por grandes museos del mundo, desde el Louvre en París al Ermitage en San Petersburgo. Pero aunque tenga su valor y está claro que tenía unas grandes cualidades para la pintura lo cierto es que nunca ha logrado desvincularse por completo de su gran maestro, y hay unas cuantas obras que siempre se duda si son de una mano o de otra, o una colaboración entre ambos, como por ejemplo en la célebre Madonna Litta.