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Capilla Rinuccini de Giovanni da Milano

Publicado por A. Cerra

Capilla Rinuccini

El verdadero nombre de Giovanni da Milano fue Giovanni di Jacopo di Guido da Caversaccio, sin embargo ha pasado a los libros de Historia del Arte con su sobrenombre que alude a sus orígenes en las cercanías de la ciudad de Milán, la capital de Lombardía, ubicada al norte de Italia. Si bien esa zona de nacimiento es uno de los pocos datos seguros que se tienen sobre la vida de este artista, del que tan solo hay constancia certera de que vivió entre los años 1346 y 1369.

También se sabe recibió su primera formación artística y dio sus primeros pasos como pintor en su Lombardía natal, pero pronto se desplazó hacia el sur, hacia la Toscana, concretamente a Florencia, donde desarrollaría algunas de sus grandes obras y también donde recibió la fuerte influencia del gran Giotto, autor de algunos de los mejores frescos del arte gótico italiano, como los que realizó para relatar la vida de San Francisco de Asís.

Capilla Rinuccini

Tal fue la calidad y renombre que alcanzó su arte que incluso llegó a ser llamado por el Papa para que trabajara en Roma. Y para el Sumo Pontífice estuvo pintando un tiempo pero luego regresó a la región toscana donde nos ha dejado creaciones como un retablo que hizo en la población de Il Prato o las diversas obras, tanto murales como de caballete, que creó en Florencia. Entre ellos el ciclo de frescos con los que decoró la Capilla Rinuccini en el interior de la gran iglesia florentina de Santa Croce, un trabajo datado por los estudiosos hacia el año 1468.

Aquí realizó un ciclo de frescos para contar la vida tanto de la Virgen María como de la María Magdalena. Es un conjunto narrativo pero sin tan apenas acción. Lo cierto es que todos los fieles conocían el relato, por eso no había grandes episodios y sí una sensación de paz y serenidad que lo inunda todo.

Capilla Rinuccini

Son personajes que están idealizados en sus formas, y aunque aparece algún detalle más ligado a la realidad, no hay que olvidar que todavía es una pintura del Trecento, y por lo tanto pintura gótica, un estilo artístico en el que la representación fiel de la realidad no estaba entre sus principales propósitos.