Capilla Rothko
Hace poco os hablábamos de la Capilla del Rosario que concibió el artista francés Henri Matisse el pasado siglo XX. Pues bien, no ha sido el único artista de pintura contemporánea que decidió hacer una obra similar en espacios religiosos. Otro caso paradigmático es la Capilla Rothko situado en Houston, en Texas.
Esta fue una de las últimas obras del pintor, ya que recibió el encargó en 1965 y a partir de ahí estuvo trabajando con Philip Johnson, el arquitecto que iba a construir tan peculiar. El objetivo era levantar un espacio para cualquier religión. Cualquiera es bienvenido aquí, sea de la religión que sea va a encontrar lugar para meditar. Una idea de lo más interesante y de la que hay más ejemplos por el mundo, como es el caso de la modernísima Capilla del Silencio de Helsinki.
En el caso de este templo texano, se concibió como un obra de planta octogonal en la que la luz llega desde el techo, de manera cenital, y no solo ilumina el espacio, también baña de luz los coloridos y enormes lienzos de Mark Rothko, 14 en total. Lo cierto es que el aspecto final es más deudor de Rothko que de Johnson, ya que desde un primer momento el pintor aceptó el encargo con la condición de participar en el proyecto de una manera íntegra. Algo que pronto supuso enfrentamientos entre ambos creadores. Pero Rothko se negó a que su trabajo se redujera a pintar los lienzos. Y por eso, Philip Johnson acabó por retirarse del proyecto, el cual retomaron otros arquitectos que, esta vez sí, atendieron todos los planteamientos del pintor.
Él quería concebir todo para que el conjunto cree la atmósfera perfecta para reflexionar y meditar. Algo que no pudo hacer el propio artista, ya que la capilla fue inaugurada en 1971, y él se había suicidado un año antes.
Sin embargo es uno de sus mejores legados artísticos y también humanos. Ya que con el paso del tiempo se ha convertido no solo en un lugar para meditar a nivel personal. También se han celebrado diferentes tipos de ceremonias religiosas, así como otro tipo de reuniones para hablar sobre el ser humano y sus derechos. De algún modo, se ha transformado en un recinto sagrado para todas las religiones sin pertenecer a ninguna. Además de espacio cultural como museo dedicado a un único artista y como foro para la celebración de conferencias y cursos varios.
¿Y en cuanto a las pinturas? Son enormes lienzos totalmente negros. Eso sí, cuando nos acercamos a las telas se descubren infinidad de matices en esa inmensa oscuridad, que alcanza cotas altísimas en el imponente tríptico que vendría a ser como el retablo principal. No obstante,no hay demasiada jerarquía en el conjunto, y todas las pinturas son absolutamente herméticas, e invitan a la introspección de quien las contempla.