Santa María del Naranco
Se trata de una construcción propia del arte prerrománico asturiano, y fue construida aproximadamente hacia mediados del siglo IX. Según la documentación historiográfica hallada se sabe que formó parte del conjunto palacial del rey asturiano Ramiro I. Y aunque originalmente no se concibió como templo, lo cierto es que se usó como iglesia hasta el año 1930.
Desde el punto de vista arquitectónico, es una obra muy valorada por los críticos e historiadores, especialmente por su originalidad, ya que es un edificio cuyo precedente más próximo y modesto sería la Cámara Santa de Oviedo, pero ese modelo se modificó sustancialmente.
También aquí nos hallamos ante una construcción de planta rectangular que se desarrolla en dos alturas diferentes, ambas abovedadas. Si bien el piso superior se divide en tres partes, correspondiendo las dos partes extremas con un gran belvedere o mirador abierto hacia el exterior, y que es su imagen más emblemática. Ese mirador se abre mediante una triple arquería, que en realidad es una evolución propia del arte asturiano, ya que ese tipo de apertura aparece en otras iglesias anteriores, como la de Santullano, también conocida como San Julián de los Prados.
Y si en los extremos aparece esa arquería hacia el exterior, en el tramo central el espacio se cubre con una bóveda de cañón reforzada mediante arcos fajones, cuya presencia se manifiesta en los muros laterales con la presencia de potentes contrafuertes.
Las arquerías que se ven en el interior de Santa María del Naranco también tienen sus antecedentes en la arquitectura de San Julián de los Prados. Estas arquerías se apoyan en bases de columnas a modo de responsiones. Un sistema que aligera el grosor de los muros y al mismo tiempo articula el espacio interior.
Los estudiosos de este momento y estilo artístico ven diferentes influencias en este edificio. Por un lado lo relacionan con el arte germánico, dadas sus similitudes en cuanto a la concepción del espacio arquitectónico, relacionándolo con el Aula Regia de Aquisgrán.
Por otro lado, las características formales y las proporciones del edificio también lo vinculan con la arquitectura clásica. Ya que se trata de una construcción muy armoniosa, donde tanto la planta como el alzado o las fachadas poseen una especie de módulo basado en la división en tercios.
Y por último, Santa María del Naranco es una construcción profundamente enraizada en la tradición local, especialmente en lo referente a sus elementos estructurales, y muy vinculada con otros edificios próximos e inmediatamente anteriores, especialmente y como ya se ha dicho, con sustanciales parecidos con la Cámara Santa de Oviedo y la iglesia de Santullano.
Pero no acaban aquí las referencias a otros modelos, ya que desde un punto de vista decorativo, en Santa María del Naranco se ven elementos que beben de distintas fuentes. Por ejemplo, los medallones remiten a las formas más clásicas, pero además otros elementos ornamentales recuerdan la decoración de edificios prerrománicos de las Islas Británicas.