Santuario de la Visitación de Vittone
Esta iglesia ubicada en la pequeña población de Valinotto es junto a la iglesia de Santa Clara, una de las grandes obras del arquitecto italiano Bernardo Vittone (1700 – 1770), un artista que de alguna forma representa la evolución de la arquitectura entre las formas barrocas, el rococó y el incipiente arte neoclásico.
En el Santuario de la Visitación recurre a una planta central, cuyo modelo más claro sería el templo de San Ivo de la Sapienza de Borromini. Es decir, parte de un hexágono al que se abren varias capillas de manera alterna.
Se trata de capillas cóncavas, redondas o semicirculares de un piso. Estas son las más profundas, pero también las hay convexas, que tienen dos alturas y son más cortas, ya que se cortan para introducir un nicho bajo y una tribuna superior, llamada coretti.
Y además de las capillas está el altar que en su acceso presenta una pantalla de columnas.
Está clara la influencia de Borromini, pero también es muy importante de otro de los grandes arquitectos del Barroco italiano, Guarino Guarini, del cual toma la superposición de espacios en altura. Si bien, no lo hace con un espíritu teatral de intentar sorprender al espectador, sino con la intención de darle unidad al conjunto gracias a la luz que entra por los diferentes vanos y a distintas alturas.
Un concepto de la luz que implica que en la triple bóveda que cubre el santuario se abran por medio de distintos vanos. De esta forma, el conjunto de bóvedas, tambores y ventanales se baña de luz, de manera que consigue darle a la cubrición un aspecto celestial.
Como es habitual en este momento de la arquitectura, Vittone deja a la vista lo que podríamos llamar la osamenta del edificio, sus elementos estructurales convertidos al mismo tiempo en parte de la ornamentación. Por ello vemos pilares sin entablamento, arcos exentos en cada capilla y otros arcos convertidos en nervios de la bóveda.
También es importante el concepto decorativo y arquitectónico de la pintura, realizada de forma gradual con mucha importancia de los tonos pastel y los blancos.
No obstante hay una clara dualidad entre lo que es el interior y el exterior, ya que las formas externas aunque dinámicas, tienen una lectura relativamente sencilla para comprender el desarrollo en vertical de la obra. Sin embargo, el concepto del interior es plenamente rococó, ya que se tiene que definir como un templo sobre todo exuberante y de ornamentación muy recargada.