Santuario de Afrodita en Pafos
Fue precisamente en el entorno de la ciudad de Pafos, en Chipre, donde los relatos mitológicos localizan el nacimiento de la diosa Afrodita, deidad griega de la belleza y del amor. Ese hecho legendario se ubica concretamente en una playa de esta costa sur chipriota, exactamente en la playa de Petra tu Romiou. Un bello lugar donde es muy fácil evocar el célebre cuadro de Sandro Botticelli de El nacimiento de Venus, que representa el capítulo final de como relata Hesiodo el surgimiento de esta diosa de las aguas del mar.
Lo cierto es que en Pafos abundan los restos arqueológicos de gran calidad como es el caso de los correspondientes al Odeón, a la Tumbas de los Reyes, el templo de Apolo Hylates o varias villas con mosaicos de época romana. Por ello, no extraña que por todo este conjunto monumental, tanto Pafos como la vieja ciudad de Paleapafos integren la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad.
No obstante, de todo ese repertorio histórico, sin duda alguna lo más llamativo es lo que tiene que ver con la diosa Afrodita. Se sabe que ya en tiempos de la civilización micénica, allá por el siglo XII antes de Cristo, ya se levantó un templo en honor de la diosa de la fertilidad.
Y posteriormente llegaron los fenicios que fusionaron entre las diosas Astarté y Ascalón, ambas deidades prehelénicas cuyas atribuciones se relacionan con Afrodita. De este modo, ya en tiempos de los griegos, el Santuario de Pafos llegó a convertirse en lugar de peregrinación. Si bien, tuvo lugar una primera destrucción debido a un terremoto. Y después sería reconstruido durante la época de presencia romana en Chipre, cuando Afrodita pasó a llamarse Venus.
De este modo, el culto a esta diosa pervivió vigente hasta el siglo IV de nuestra Era, cuando Chipre ya pertenecía al Imperio de Oriente, cuando el emperador Teodosio hizo del Cristianismo la religión oficial del imperio.
Así que en la actualidad, el gran Santuario de Afrodita en Pafos no es más que una ruina arqueológica, en la que queda bien poco tras diversas campañas arqueológicas, muchas de ellas protagonizadas por extranjeros, tanto ingleses, como alemanes o suizos, que hicieron que las piezas más valiosas que aquí aparecieron fueran trasladadas a lejanos museos, aunque en la propia ciudad de Pafos en la actualidad hay un interesante Museo Arqueológico.
Por todas esas excavaciones y por la documentación histórica, se puede decir que este santuario no sería un templo griego al uso, y tendría una forma donde aparece la curva. Con un interior de tres cámaras, una de ellas protagonizadas por la gran piedra cónica que simbolizaba a la diosa.
Si bien, en la época romana aquella construcción fue mayor, con espacios para el culto, y también los actos más ceremoniosos que podían incluir sacrificios.
Toda esta información se puede deducir de varios elementos, entre ellos varios de carácter numismático, ya que se acuñaron varias monedas romanas que mostraban como era ese templo. Lo cual nos da idea de la importancia que tuvo para distintas culturas mediterráneas en la Antigüedad.