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Teatro de Pompeyo

Publicado por Laura Prieto Fernández

La cultura romana es considerada una de las grandes culturas de todos los tiempos, no en vano a ella debemos muchas de nuestras comodidades actuales como por ejemplo el sistema de alcantarillado; no obstante y aunque los romanos fueron grandes inventores también tomaron prestados algunos modelos y costumbres de otras culturas como la griega o la etrusca. En cuanto al arte se refiere, la cultura griega resulta indispensable para conocer Roma ya que muchos edificios romanos tienen su origen en la arquitectura griega. Este es el caso del teatro Pompeyo que aquí analizamos y que tiene su precedente más inmediato en los teatros griegos, concretamente en el Teatro de Mitylene que el propio Pompeyo pudo observar en la isla de Lemos.

Cneo Pompeyo, también conocido como Pompeyo el Grande o simplemente como Pompeyo, fue un militar y dirigente romano de la época del triunvirato. Nacido en el seno de una rica familia provinciana Pompeyo ascendió hasta la élite romana gracias a sus éxitos militares. No en vano la figura de Pompeyo se ha perpetuado en el tiempo como un gran hombre que supo hacerse a sí mismo y que finalmente acabó destruido por la ambición de quienes le rodeaban; quizás su figura siempre ha estado más ligada a las grandes campañas militares que a la construcción de insignes edificios pero lo cierto es que al dirigente le debemos la construcción del primer teatro romano fabricado en piedra.

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Situado en el Campo de Marte el Teatro Pompeyo debió datar de mediados del siglo I a.C. concretamente de en torno al año 55 a.C. y permaneció en activo hasta finales del siglo V d.C. Como bien señalamos anteriormente el teatro romano se basa en su homónimo griego si bien es cierto que Roma integró los teatros dentro de su urbe de modo que éstos eran construcciones exentas que ya no se apoyaban en ninguna montaña y contaban con una portada principal.

Se trata de un teatro de grandes proporciones, la cávea que era el lugar destinado al público contaba con nada menos que ciento cincuenta metros de diámetro y en ella, justo en la mitad del semicírculo se levantó un templo dedicado a Venus Victoriosa, que no era sino una reinterpretación de la diosa Ishtar. La idea de incorporar un templo al teatro no era demasiado usual y algunos historiadores plantean que se trataría de un modo de legitimar una construcción tan grande sin caer en la prepotencia del emperador. De la misma manera se incorporó en el lado del frons scenae un gran patio porticado con columnas y en cuyo interior se albergaban espléndidos jardines.

Al exterior el teatro se decoraba con exedras que albergaban diferentes estatuas y columnas colocadas según la tradicional superposición de órdenes.

En la actualidad son pocos los restos que han llegado hasta nosotros de este teatro; en la década de los treinta el Teatro fue excavado por orden de Mussolini y sus restos trasportados a la plaza romana Largo di Torre Argentina.