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Teatro romano de Caesaraugusta

Publicado por A. Cerra
Teatro romano de Caesaraugusta

Teatro romano de Caesaraugusta

En los últimos años las ruinas del teatro romano de la ciudad española de Zaragoza se han convertido en un el moderno Museo del Teatro de Caesarugusta. Una novedosa y atractiva propuesta museística que aprovecha los restos del teatro que comenzó a ser construido en el siglo I, cuando el emperador romano era Tiberio y se concluyó posteriormente bajo el mandato del emperador Claudio.

Los vestigios de la construcción imperial que nos han llegado hasta la actualidad son imponentes, ya que se estima que en su graderío llegaban a caber unos seis millares de espectadores, y todos ellos gozaban de una acústica excepcional, un aspecto que se estudiaba con sumo cuidado en este tipo de construcciones, como por ejemplo también se puede comprobar en el teatro de otra colonia romana en España, concretamente en Emerita Agusta, la actual ciudad extremeña de Mérida.

En el caso del teatro romano de Caesaragusta se trata de uno de los edificios de estas características más grandes de Hispania, y para comprobarlo basta con saber que contaba con 105 metros de cavea. Todo él se cimentó y construyó con el hormigón de la época y piedra, además de utilizar una piedra muy habitual y abundante en la zona, el alabastro, de cualidades estéticas muy similares al mármol, que se usó para decorar los muros y el cuerpo de la escena.

Con el paso de los años y el posterior abandono a partir del siglo III, la construcción romana se convirtió en una excelente cantera de piedra para otras obras que se realizaban en la ciudad, entre ellas la muralla medieval. Sin embargo, en el año 1972 los arqueólogos comenzaron su excavación y salió a la luz una descomunal construcción, que tras su estudio y consolidación, en la primera década del siglo XXI fue cubierta con materiales modernos y se creó el actual museo.

La obra en sí es diferente a otros teatros de la época, ya que no se aprovecharon los desniveles del terreno, sino que se construyó sobre un terreno plano, siguiendo el modelo del Teatro Marcelo de Roma, la capital del Imperio. Y su estructura se crea a partir de anillos concéntricos y muros radiales que van formando el graderío o cavea.

En este recinto cultural de la época no sólo se celebraban representaciones teatrales, también se programaban espectáculos circenses. Y de hecho, las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz todo el entramado de galerías y pasillos subterráneos que permitían la realización de espectaculares efectos dramáticos, surgiendo actores o artefactos de diversos lugares para sorprender a los espectadores.

Para hacerse una idea de cómo eran este tipo de representaciones y que significaban para la población de la época, el actual museo cuenta con numerosos paneles informativos, maquetas, dioramas y atractivos audiovisuales, que plasman no sólo el valor patrimonial de este edificio, sino la importancia social y cultural que llegó a alcanzar el teatro en la cotidianeidad de la vida de los romanos.