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Templo funerario Amenofis III

Publicado por Laura Prieto Fernández

El templo funerario de Amenofis III es una de las obras más legendarias del arte egipcio, ubicado en la región de Tebas durante mucho tiempo el templo fue la construcción más destacada de la zona. Esta magnífica obra se levantó como templo funerario del faraón Amenhotep III, a quien los griegos conocían con el nombre de Amenofis II, miembro de la XVIII dinastía y que reinó en Egipto entre los años 1390 y 1353 a.C. aproximadamente.

El conjunto funerario aparecía delimitado por un gran muro que albergaba en su interior no sólo el templo funerario principal sino también otro templo de menor tamaño dedicado a Sokar, dios de los muertos; múltiples jardines, estanques y un buen número de estatuas de gran tamaño. Quizás lo más destacado de todo el conjunto funerario sean las dos gigantescas estatuas que representaban al faraón y que se conocen como los Colosos de Memnón.

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Se trata de dos grandes piezas de dieciocho metros de altura realizadas en arenisca y situadas en el primer pilono de acceso al conjunto. Ambas representan al faraón sedente sobre su trono y colocadas mirando hacia el río Nilo, al Este. Al lado de cada una de las estatuas del faraón aparecen otras piezas escultóricas de menor tamaño que representan a su esposa Tuy y a la madre del faraón. El faraón ha sido representado con las piernas juntas pegadas al trono y las manos sobre las rodillas; en la cabeza el tradicional tocado de los dirigentes egipcios conocido como nemes. El trono aparece decorado con bajorrelieves que representan al dios Hapy, padre de los dioses y el dios de las inundaciones del Nilo que tanto favorecían al pueblo egipcio.

El nombre de los Colosos de Memnón proviene de una leyenda según la cual la estatua derecha del faraón es la encarnación de Memnón; el origen de esta singular leyenda es relatado por el geógrafo Estrabón quién cuenta como la escultura resultó dañada en un terremoto ocurrido en el año 27 a.C.; desde entonces y hasta que fue restaurada por Septimio Severo la pieza emitía un rugido al calentarse con el sol de la mañana parecido al nombre de Memnón, de ahí que se pensara que era una reencarnación de éste.

Tras los Colosos y el primer pilono se accedía a un segundo pilono que también contaba con un patio en donde se han encontrado los fragmentos de otras grandes esculturas del faraón. Desde el segundo pilono se abría una avenida procesional que daba acceso a un gran patio columnado en cuyo centro se encontraba una gran piedra de cuarcita con inscripciones de las obras llevadas a cabo bajo el mandato de Amenofis III.

En la actualidad el templo de Amenofis III presenta un lamentable estado de conservación, el conjunto se levantó demasiado cerca de la orilla del Nilo sufriendo continuas inundaciones. Parece ser que el emplazamiento del templo debía simbolizar el nuevo resurgir tras las inundaciones sin embargo la humedad dañó excesivamente el conjunto y en poco tiempo comenzaron los problemas estructurales.