Villa Koliba en Zakopane
Hoy queremos hablaros de un estilo arquitectónico de lo más singular. El estilo Zakopane, que lleva el nombre de esta localidad montañosa al sur de Polonia. Sin duda no es el estilo de arquitectura más famoso del mundo, ni mucho menos. Pero hay que reconocerlo por ser el único estilo de construcción 100% polaco. Y ello fue gracias a la invención y la audacia creativa de Stanislaw Witkiewicz.
Este artista que desarrolló su labor como escritor, como pintor y también como arquitecto había nacido en Lituania en el año 1851, y como tantos otros intelectuales de esa zona de Europa llegó a la hermosa ciudad de Zakopane atraído por sus bellos paisajes de montaña.
Allí iba a recibir un importante encargo por parte de Zygmunt Gnatowski, un acaudalado antropólogo que estaba enamorado de esa región de Polonia y estudiaba con pasión las tradiciones de Zakopane y su entorno de la cordillera de los Tatras. Y le encargó en 1892 la construcción de su casa de veraneo, dándole libertad para poner en práctica algunas de las ideas estéticas que Witkiewicz ya había puesto por escrito.
Hay que tener en cuenta que Stanislaw Witkiewicz tenía una amplia formación y había viajado bastante, de hecho había realizado sus estudios tanto en San Petersburgo como en Múnich. Y además le encantaba la arquitectura tradicional de esa zona, la cual se basaba en el empleo de la madera, pero a su juicio no se aprovechaban todas sus posibilidades. Por ejemplo, no concebía que los espacios bajo las cubiertas a dos aguas no fueran útiles como vivienda, y de hecho en la tradición de Zakopane las casas eran de una única planta. Eso iba a cambiar desde la construcción de Villa Koliba.
Por supuesto usó la base de piedra típica y luego construyó toda la obra con grandes maderas. Pero, trató la madera como elemento estructural y también decorativo, y tanto en el exterior de la casa como en el interior. Todo ella es un delicado trabajo de carpintería que se ve en puertas, ventanas, balaustradas y en mil y un detalles labrados en las vigas o en los picaportes. Además, Witkiewicz incorporó elementos decorativos inspirados en el arte popular de la región, como motivos florales y geométricos que se pueden observar en los detalles tallados de la madera. Estos elementos no solo embellecen la estructura, sino que también le otorgan un carácter único y distintivo.
Ese fue el comienzo del estilo Zakopane, y tuvo tanto éxito que en pocos años se le encargó la construcción de varias casas más en la ciudad, así como también proyectó varias capillas. Y no solo eso, diversos arquitectos quedaron maravillados con todas las posibilidades creativas que había abierto Witkiewicz, y las exportaron a sus construcciones de otros puntos de Polonia, e incluso de la vecina Lituania, aunque uniendo el ladrillo tradicional al trabajo de la madera. Entre las obras más destacadas que siguieron el estilo Zakopane se encuentran la Capilla de Jaszczurowka y la Casa bajo la Picea, ambas en Zakopane, que reflejan la influencia de Witkiewicz en la arquitectura religiosa y residencial.
Pero no hay que olvidar que Villa Koliba fue la primera de todas ellas, y tal vez por eso es muy justo que hoy en día sea visitable y esté transformada en un museo sobre el estilo Zakopane, la gran creación de Witkiewicz quien por supuesto dado su espíritu inquieto y multiapasionado siguió viajando y creando obras distintas por otros lugares de Europa, de hecho murió a orillas del mar Adriático en 1915 en la pequeña localidad de Lovran, ubicada hoy en día en la actual Croacia y en aquellos años integrada en el poderoso Imperio Austro-Húngaro.
El museo en Villa Koliba no solo exhibe la arquitectura y el mobiliario original diseñados por Witkiewicz, sino que también ofrece una visión profunda de la cultura y las tradiciones de la región de Zakopane. Los visitantes pueden explorar las diferentes salas de la villa, cada una decorada con muebles y objetos de la época, y aprender sobre la vida y obra de Witkiewicz a través de exposiciones interactivas y multimedia. Además, el museo organiza regularmente eventos y talleres que celebran la artesanía y el arte popular de la región, manteniendo vivo el legado del estilo Zakopane.
La influencia de Witkiewicz y su estilo Zakopane no se limitó solo a la arquitectura. También tuvo un impacto significativo en otras formas de arte, como la pintura y la literatura, inspirando a numerosos artistas y escritores polacos. Su enfoque en la autenticidad y la conexión con las raíces culturales resonó profundamente en una época de cambios rápidos y modernización, y su legado perdura hasta el día de hoy como un símbolo de la identidad y el orgullo polaco.