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Yacimiento del Cabezo de Alcalá

Publicado por A. Cerra

Yacimiento del Cabezo de Alcalá

El yacimiento arqueológico del Cabezo de Alcalá, situado a las afueras de la actual localidad de Azaila, en la provincia española de Teruel, es fruto de varios siglos de ocupación y de diversas culturas o pueblos.

Lo más antiguo y también escaso se remonta a los siglos VIII y VI antes de Cristo. Son los vestigios de unos túmulos funerarios de época Hallstatica. Tras ellos el lugar sería ocupado por el pueblo celtíbero. Ellos serían los que realmente construirían una ciudad entre los siglos III y II antes de Cristo, tanto en la zona llana como en el espacio en alto denominado acrópolis. Ellos también le darían un primer planeamiento urbano y unas murallas defensivas dotadas de un foso.

No obstante, después llegaron los romanos y conquistaron de forma pacífica el Cabezo de Alcalá. Sencillamente la población local se dejó influir por la civilización latina y las diversas mejoras que trajeron consigo. Desde finales del siglo II y los comienzos del I antes de Cristo, la ciudad (de la que ignoramos su nombre) comenzó a transformarse y modernizarse. Todavía hoy se pueden ver las diferencias entre el modelo de casa ibérica o el tipo romano con un patio abierto en el centro.

También los romanos fueron quiénes pavimentaron las calles a las que dotaron de pequeñas aceras para evitar los accidentes con el tráfico rodado de carros, cuyas huellas todavía son visibles en el pavimento.

Igualmente el asentamiento de los romanos fue el responsable de las mejoras de las murallas en toda la zona de la acrópolis, o de la construcción de las típicas termas o de un templo in antis que es una de las grandes joyas que forman parte del yacimiento arqueológico. Es un templo de dimensiones pequeñas pero en el que son perfectamente reconocibles dos zonas distintas. Lo primero sería un vestíbulo que tendría un suelo de mosaico y una entrada franqueada por dos columnas. Y tras ello estaría la cella. El espacio más sagrado, de nuevo con mosaicos en el suelo, pintura en las paredes y un altar sacro del que se han encontrado vestigios.

Es decir, la romanización fue intensa en la ciudad celtíbera inicial y eso supuso progreso. Pero al mismo tiempo, sus habitantes se vieron envueltos en el ambiente de guerra civil que se dio en Hispania en las primeras décadas del siglo I antes de Cristo. De hecho, aquí tomaron partido por el general rebelde Sertorio, quien se enfrentó a la línea más oficial de Roma. Y en este enfrentamiento se basa el elemento único que se ha hallado en el yacimiento de Azaila. Y es que aquí se encontró la única rampa de asalto que muestra cómo eran las tácticas de asalto de las legiones romanas. Por cierto, unas tropas que tomaron la ciudad y la destruyeron, y ya nunca volvió a ocuparse.