Yacimiento de Cobá
El yacimiento arqueológico de Cobá es otro de los grandes conjuntos que hay dispersos por la península de Yucatán, en México, y más concretamente se encuentra en la zona de Riviera Maya. Es decir que estamos ante otro de los grandes legados de la civilización maya de esta región mexicana donde también hay lugares como Chichén Itza o Tulum.
En este caso los restos nos hablan de una gran ciudad, que según los estudiosos pudo llegar a tener hasta 50.000 habitantes en su fase de mayor esplendor, que fueron los años del llamado Periodo Clásico, es decir más o menos entre el siglo VI y el X. Si bien, hay muestras de que la ciudad estuvo habitada hasta mucho después, hasta el siglo XV. Y es que realmente Cobá fue una ciudad muy importante en el territorio del actual estado de Quintana Roo, y su poder le llevó a controlar varios puertos del Caribe y mantener contacto con otras grandes ciudades lejanas como el caso de Tikal.
Posiblemente cuando llegaron los españoles a esta zona, Cobá estaba ya prácticamente abandonada, sobre todo cuando el poder español fue realmente efectivo. Así que no sufrió destrucción alguna debido a enfrentamientos. Por ello cuando la hallaron en el siglo XIX los arqueólogos Frederick Catherwood y John Lloyd Stephens, el conjunto solo estaba dañado por el paso del tiempo y la espesa vegetación tropical.
Y de todo lo que se halló, sin duda alguna lo más espectacular es la pirámide de Nohoch Mul, un nombre que se puede traducir como “montículo grande”. Denominación de lo más acertada, ya que es la pirámide maya más alta con su portentosa altura de 42 metros. Y como es habitual en estas estructuras de esta cultura, es posible ascenderla gracias a más de un centenar de escaleras.
Pero además de esta pirámide, el conjunto de Cobá posee otros restos de interés que pertenecieron a templos, altares de sacrificios y las imprescindibles canchas del juego de pelota. Además de que en algunos edificios se ha conservado la pintura mural original, y gran parte de su decoración escultórica en forma de estelas. Esto y todo lo que todavía oculta la selva, está unido por más de cuarenta calzadas construidas con piedra caliza, y que unen todos los puntos y los cuatros lagos naturales en torno a los que creció la ciudad.
Y se ha descubierto que estos senderos empedrados también llegaban hasta puntos más lejanos, algunos ubicados a unos 100 kilómetros como Yaxun. Desde luego una red de viaria que nos habla del poderío de esta ciudad y del ingenio comercial del pueblo maya. Lo cual sin duda alguna nos recuerda de forma inmediata al entramado de calzadas empedradas que se hicieron en Europa durante la época de dominio de Roma.