Apolo Sauróctono de Praxíteles
La escultura que vemos en realidad no es el original realizado por el escultor griego Praxíteles durante la segunda mitad del siglo IV antes de Cristo, se estima que en torno al año 360 a. C. En realidad, el original se perdió y la conocemos gracias a copias hechas en época romana, algo muy habitual con las esculturas de la Grecia clásica. Alguna de esas copias se hicieron a escala y en bronce, material en el que también hizo Praxíteles el original. Varias de estas copias forman parte de importantes colecciones de arte antiguo ya que las hay en el museo del Louvre de París o en los Museos Vaticanos de Roma.
Vemos a joven Apolo inclinado y contemplando el tronco del árbol, más bien el lagarto que sube por él. Y lo que pretende Apolo no es sólo contemplar al lagarto sino acabar cazándolo. Esta idea es motivo suficiente para que Praxíteles coloqué al protagonista con su habitual inclinación, la conocida como curva praxiteliana, que también la podemos ver en la obra más famosa de este autor: el Hermes con Dionisios niño.
Es decir, tanto la postura de Apolo como la presencia del tronco que sirve de soporte a la propia figura, forman parte de la composición narrativa de la escultura.
Nos presenta a un dios Apolo de aspecto aniñado y un tanto afeminado, jugando con un animal. Y por lo tanto casi se pude considerar una obra irrespetuosa hacia uno de los dioses más importantes y querido del Olimpo griego. Sin embargo, la imagen también tiene otras interpretaciones. Una de ellas es simbolizar la fábula en la que se cuenta que Apolo mata a la Pitón y aquí sería una interpretación en versión juvenil, con un dios niño y un reptil convertido en un pequeño lagarto.
Por otra parte hay quién piensa que Praxíteles ha elegido representar a Apolo en su condición de pastor y entreteniéndose durante sus horas en el campo. Y es que según la mitología, Apolo mató a los Cíclopes y por ello fue castigado a servir como pastor. Y por último también hay que saber que a Apolo se le consideraba el dios liberador de la enfermedad, auxiliador y sanador. Por ello hay quién interpreta esta escultura como una representación de estos atributos, siendo en este caso el lagarto el mal, la enfermedad, a la que Apolo va a cazar e inmovilizar.
En definitiva, sea cual sea el significado de esta elegante obra, el caso es que Praxíteles fue un artista de enorme prestigio. Lo cierto es que fue un escultor muy conocido y respetado en su tiempo. Tanto es así, que en torno a él se creó un grupo de escultores que lo reverenciaban y seguían sus pautas artísticas. Es el llamado Círculo de Praxíteles.
También de este grupo de artistas nos han llegado obras, muchas de ellas también a través de copias romanas. Un ejemplo es el famoso Joven escanciando vino, inspirado en una obra de Praxíteles titulada Sátiro escanciando vino, muy famosa en la época y alabada por algunos cronistas griegos como el escritor Pausanias.