Arte
Inicio Escultura Cabezas de Franz Xaver Messerschmidt

Cabezas de Franz Xaver Messerschmidt

Publicado por A. Cerra

Cabeza de hombre de Franz Xaver Messerschmidt

El escultor germano-austriaco Franz Xaver Messerschmidt (1736 – 1783) hizo un trabajo escultórico casi propio de tiempos más actuales y vanguardistas. Aproximadamente entre el año 1770 y la fecha de su muerte se dedicó a realizar una larga serie de cabezas escultóricas. Unas veces las tallaba en alabastro y otras las fundía en una pesada aleación metálica de plomo.

Son cabezas de hombres y de formas muy realistas, y cada una de ellas en diferentes actitudes. Algunas tienen los ojos muy saltones, el gesto de fruncir las cejas, con la boca abierta, despeinadas o todo lo contrario, y con una gesticulación exagerada que le llega hasta el cuello.

El conjunto es como un muestrario de expresiones. Los hay enfadados y molestos no sabemos muy bien el porqué. Mientras que otros ríen a carcajadas o están felices. También hay gestos evidentemente tristes, de angustia, de rabia y hasta en actitud propia de un estado catatónico. O por el contrario otros sencillamente bostezan o cierran los ojos.

El conjunto resulta fascinante en un artista del siglo XVIII, en un periodo en el que triunfaba las coloridas imágenes del último Barroco, o todo era alegría con las pinturas Rococó, este artista se dedicó a mostrar este catálogo de expresiones y no se sabe el motivo.

Cabezas de Franz Xaver Messerschmidt

Los estudiosos han aportado diversas teorías para comprenderlo. Una de ellas considera que Messerschmidt realizó estos estudios fisionómicos para vincularlos con las teorías del pastor suizo Johann Lavater que en aquella época trataba de popularizar la idea de que era posible discernir el carácter de una persona por su aspecto físico.

Otra posible relación que se ha querido ver es con los experimentos de Anton Mesmer, que además se sabe que era amigo del escultor. El caso es que Mesmer se dedicó a llevar a la práctica de peculiares experimentos que le condujeron a idear el mesmerismo, que viene a ser algo así como un tipo de hipnotismo.

Por otra parte, lo que sí que es cierto es que la realización de toda esta serie de esculturas coincidió con la aparición de problemas mentales en el artista. Hasta 1770 Messerschmidt disfrutó de una carrera artística muy exitosa en la gran ciudad de Viena. Entre sus clientes estaban los aristócratas y hasta miembros de la familia imperial. Además tenía un puesto como profesor en la Academia de las Artes. Pero a partir de ese año empezó a sufrir procesos paranoicos y alucinaciones. Poco a poco se quedó sin amigos, ni clientela. Y ya sin encargos, tal vez se dedicara a realizar estas obras, muchas de ellas con sus propios rasgos fisionómicos, para tratar de ahuyentar esos malos espíritus por los que se veía amenazado. O quizás quisiera mostrar todas las emociones que sentía, e incluso las contorsiones mentales que era incapaz de controlar, ni comprender.