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El destino de los animales de Franz Marc

Publicado por A. Cerra

El destino de los animales de Franz Marc

Franz Marc es uno de los muy escasos artistas de las vanguardias del siglo XX que dedicó gran parte de su arte a pintar el mundo animal. Y lo hizo sin que le hiciera falta para ello la aparición de seres humanos en sus cuadros. Y esta obra de 1913 titulada El destino de los animales es un buen ejemplo de ello.

La verdad es que esa decisión de pintar animales la tomó a partir del año 1910 y se debió a su completo desacuerdo y desapego con la sociedad tan materialista de su tiempo, ya que consideraba que el ser humano debido a esa actitud mercantilista estaba perdiendo toda su humanidad. Y según contaba la contemplación de los animales había vuelto a despertar en él todos los sentimientos más nobles, que creía que ya había perdido.

Es decir, que pintara animales no fue una decisión estética, sino más bien filosófica y moral. De hecho esta obra se puede considerar como la visión del mundo que tenía entonces Franz Marc. Por ello esta obra, que hoy cuelga en el Kunstmuseum de Basilea en Suiza, es un óleo pintado sobre un lienzo de grandes dimensiones (196 x 266 cm) y en él vemos la destrucción del mundo tal y como Marc la contempla. Algo que remarca con una inscripción en la parte trasera de la pintura, donde se puede leer: “Y toda existencia es intenso sufrimiento”.

En la tela vemos diversos animales como caballos, zorros o ciervos completamente rodeados por un escenario apocalíptico que evidentemente es fruto de la acción de los hombres. Una atmósfera de destrucción que provoca que la naturaleza se enfrente y destruya a sí misma. Incluso se sabe que el cuadro en un primer momento lo pensaba titular así: “Los árboles mostraban sus anillos y los animales, sus venas”.

Ese cambio de título se debió a los consejos que le dio Paul Klee, que como Marc, forma parte del grupo de pintores del Expresionismo Alemán. Pero no solo hizo eso Klee. Lo cierto es que el cuadro sufrió graves daños en el transcurso de la Primera Guerra Mundial. Una contienda en la que murió el propio Marc durante los combates de la Batalla de Verdún de 1916.

Por esa razón, dos años después, hacia 1918, fue el mismo Klee fue quien emprendió una cuidada restauración de la gran tela. Una restauración cuyo objetivo no fue reproducir una característica emblemática de Marc, como era su capacidad para aplicar unos colores por momentos traslúcidos. El objetivo de Klee era otro y se centró sobre todo en recuperar la integridad en la composición de la escena. Y es que Franz Marc había hecho una imagen en la que cada línea y cada color que crean tanto las figuras de los animales como las formas abstractas son imprescindibles. La eliminación o cambio en ellas supondría una variación fundamental. Y eso fue lo que trató de mantener la intervención de Klee quien había conocido la obra acabada, e incluso mientras era pintada.

En definitiva, que se trata de una gran obra de Franz Marc con el añadido de la intervención de otro gran artista de su tiempo como Paul Klee.