Alison Lapper embarazada de Marc Quinn
Posiblemente la plaza más emblemática de Londres sea Trafalgar Square. Un lugar donde se encuentra la National Gallery con sus innumerables obras de arte. Y en el centro de la plaza se eleva airosa la Columna de Nelson rodeada por otras figuras que aluden a los héroes británicos del pasado que vencieron en mil y una batallas.
Pues bien en Trafalgar Square hay varios pedestales dedicados a estos héroes, pero hay uno llamado el cuarto pilar que estaba vacío desde el siglo XIX, y que desde hace unos años acoge obras actuales de manera temporal. Y ahí permaneció entre 2005 y 2007 este enorme mármol en el que vemos la figura desnuda de Alison Lapper durante su fase de embarazo.
Esta fue la primera obra en exponerse en semejante lugar. Sin duda una auténtica heroína de nuestro tiempo. Alison Lapper es una mujer discapacitada a la que le faltan los brazos y sus piernas son muy cortas. Fue abandonada prácticamente al nacer en 1965. Fue educada en una escuela de minusválidos y siempre mostró inquietudes artísticas. Y así hoy en día, ha llegado a ser una pintora que realiza su labor con manos y pies, llegando a ser reconocida e incluso ha recibido la condecoración de Miembro del Imperio Británico.
No obstante, cuando quedó embarazada, nuevamente fue abandonada por su pareja. Y aún así siguió con el embarazo con todo el esfuerzo y riesgos que implicaba. Una epopeya vital de la que se hizo eco uno de los artistas más reconocidos del panorama británico actual, el escultor Marc Quinn. Él hizo este descomunal mármol en su honor. Una obra de más de 360 centímetros de altura y casi 12 toneladas de peso.
Así que un monumental homenaje como este y en semejante plaza de Londres, de alguna forma es un tributo de la ciudad a las personas discapacitadas que peleen cada día con orgullo y a veces con rebeldía. Por otro lado, no deja de ser una revisión del concepto clásico de belleza. Una idea que aporta la propia Alison Lapper sobre el mármol de su colega. Sobre todo reflexionando sobre el dato de que muchas esculturas clásicas como la Venus de Milo, son iconos de hermosura aunque no tienen brazos.
Sin duda, el planteamiento fue muy atrevido y es digno de valorar. Aunque no todo son alabanzas. También la obra ha sido criticada por su aspecto, y es que aborda cierto tabúes, que a veces la sociedad no quiere plantearse. Una temática en la que este artista es reincidente, ya que se ha inspirado numerosas veces para sus esculturas en otras personas con minusvalías, e incluso ha hecho obras que representan placentas de seres en formación. O bien hizo un busto con su propia sangre coagulada.
En definitiva, un artista provocador, y que en este caso lo hizo con una obra sobre alguien común y además discapacitado que se iba a poner al lado de las glorias del pasado. Pero la figura de Alison Lapper nos debe hablar más del presente e incluso del futuro, el de su hijo.