Planet de Marc Quinn
En otra ocasión ya nos ocupamos de uno de los artistas más cotizados de la actualidad como es el británico Marc Quinn, autor de la impactante escultura Alison Lapper embarazada. Pero además de muy cotizado, también es un creador muy popular gracias a obras como su autorretrato Self hecho con sangre congelada o sus imágenes de la top model Kate Moss.
Pues bien ahora su arte llega a Singapur. Una singular isla que es una rica ciudad-estado del Sudeste Asiático gracias a su importante puerto marítimo. Un lugar que ha pasado en pocas décadas de ser una pequeña población de pescadores a convertirse en un importantísimo enclave financiero de relevancia mundial. Es decir, que ha pasado a tener un poderío económico gigantesco.
De este modo, al igual que en otros territorios como Dubái o Abu Dhabi, donde la riqueza ha hecho que se construyan obras faraónicas y que cuentan con la participación de los artistas más reputados del panorama actual, como pueden ser el Dubái Frame o la Mezquita Sheikh Zayed en la que es la capital de los Emiratos Árabes, también en Singapur se ha promovido construcciones increíbles y se ha favorecido las intervenciones de grandes artistas contemporáneos.
Y la colosal escultura Planet de Marc Quinn es un ejemplo de ello. Es la representación a escala aumentada de un bebé, el propio hijo del artista. Que aquí lo presenta desnudo y pesando hasta 7 toneladas de bronce y acero. Y además la figura pese a sus dimensiones parece flotar en el aire. Ese es el gran juego y el mensaje que se supone que transmite Quinn, un diálogo entre la gravedad, la ligereza de un niño, su grandiosa importancia y su previsible vulnerabilidad. Todo ello con una figura que si no fuera por su desmesurado tamaño (9 metros de largo y 3 de ancho) diríamos que es realista, o más bien de estilo hiperrealista.
Lo cierto es que a veces el arte actual va por derroteros muy singulares. Y este es el caso, ya que pese a la literatura que le pueda añadir el artista a su obra, lo cierto es que estamos ante una gran figura realista, muy bien ejecutada y en la que parece que prima la capacidad técnica para saber desarrollar una obra de tales dimensiones y presentarla como si sobrevolara los jardines donde se encuentra.
Es tan sencillo como decir que es una obra muy grande y de un enorme coste económico. Pero eso no es tanto problema en sitios como Singapur donde se pueden construir modernísimos edificios o espacios tan futuristas como The Gardens by the Bay (Los Jardines de la Bahía), en cuya área de Meadow se encuentra precisamente el Planet de Marc Quinn.