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Caída de los ángeles rebeldes de Franz Floris

Publicado por A. Cerra

Caída de los ángeles rebledes de Frans Floris

El Manierismo se originó en Italia a partir del arte de Miguel Ángel, de hecho su denominación se debe a los pintores que quisieron hacer su obras “alla maniera de Michelangelo”. Pero desde ahí irradió hasta las cortes de toda Europa. E incluso se puede decir que en muchas de esas cortes tuvo más éxito que le propio arte del Renacimiento, de carácter mucho más intelectual. Mientras que las obras manieristas son más visuales y efectistas.

Podríamos citar muchos ejemplos, como el arte del Greco en España, pero hoy os vamos a hablar de otro interesante pintor. En este caso de origen flamenco, como es Frans Floris (1519 – 1570) quien tras viajar de joven a Italia y conocer la obra de los grandes maestros, regresó a su Amberes natal donde desarrolló toda su carrera, y donde incluso fue un destacado maestro de otros exitosos artistas como fue el caso de Lucas de Heere.

De él os traemos esta obra que representa la Caída de los ángeles rebeldes, que pintó en el año 1554 y que se encuentra en el Museo Real de Bellas Artes de Amberes.

Esta obra sin duda es un clara herencia de lo que había visto durante su viaje por Italia, en ciudades como Roma, Mantua o Génova. De ahí sacó infinidad de ideas compositivas que luego trasladaba a sus lienzos con un espíritu muy refinado, ya que hay que entender que en las cortes del norte de Europa les gustaba la versión más intelectual y culta de aquel arte, ya que concebían el disfrute de estas obras solo para una élite en el eslabón más elevado de la sociedad.

Sin ser un gran experto en la historia del arte podemos relacionar este cuadro con el famoso Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano. Vemos un lienzo completamente repleto de cuerpos humanos. Están apilados, formando un denso amasijo donde además se descubren formas de carácter animal y casi diabólicas en los rostros y miembros. No hay un centímetro que no quede ocupado por la anatomía de los cuerpos de todos esos condenados.

El dibujo y el estudio de los cuerpos son admirables. Si bien la nota más distintiva de este autor flamenco sin duda alguna es su capacidad para el dominio del color. Y aquí lo vemos con una atmósfera dominada por un cromatismo de lo más cálido y con una increíble gama de tonos.

La importancia de este artista en la evolución pictórica de Bélgica, y más concretamente de Amberes es más que destacable. De hecho, hay historiadores que lo consideran un paso intermedio entre Mabuse o Metsys, integrantes de la llamada Escuela de Amberes, y el genio del Barroco de la siguiente generación: Rubens.