Al estilo de Kairouan de Klee
Se trata de una acuarela pintada en el año 1914 por Paul Klee durante un viaje que hizo ese mismo año a Túnez. En la actualidad esta obra se conserva en el Museo Paul Klee en Berna (Suiza).
Klee fue un pintor de origen suizo que desarrolló su carrera pictórica principalmente en Alemania, aunque a lo largo de su vida viajó a diferentes países. Entre todos esos viajes uno de los que más le marcó especialmente fue el que hizo en el año 1914 a Túnez.
Allí en compañía de los también pintores vanguardistas, August Macke y Louis Moillet, recorrió varias ciudades del país, desde la costa de Saint Germain hasta Hammamet, pasando por Sidi Bou Said y Cartago, para llegar por fin al interior del país, a la história ciudad de Kairouan.
En todas esas poblaciones tunecinas pintó diferentes lugares, sin embargo fue Kairouan el lugar que más le fascinó y allí realizó diversas vistas de la ciudad, de sus mezquitas y de su recinto amurallado.
En realidad, Paul Klee se quedó impresionado desde el primer momento por la fuerte luz del país y sobre todo por la intensidad de los colores que veía en los paisajes, en las arquitecturas y en el mar Mediterráneo. De hecho, él consideró que se terminó de convertir en un verdadero pintor tras conocer, apreciar y sentir el color de Túnez, y así lo dejó escrito en el diario que escribió de forma continua durante varios años, y que se ha convertido en un importantísimo documento para conocer la vida de este pintor, sus andanzas, sus preocupaciones y sus teorías sobre el arte.
Por aquel entonces, Klee tenía 35 años, ya que había nacido en 1879, y era un joven y reconocido pintor que se había unido a la más importante vanguardia de la pintura alemana, representada en esos años por el emigrado pintor ruso Wassily Kandinsky, quién en compañía de Klee, Macke y otros pintores eran los representantes del Expresionismo alemán y de la revolucionaria pintura abstracta.
Klee estaba fascinado por la pintura de Kandinsky con el que mantenía una buena relación. Sin embargo, sus pinturas no son meras copias del gran creador ruso. Y lo cierto es que Paul Klee a lo largo de todos sus años como pintor experimentó con diferentes corrientes pictóricas y estilos variados, ya que hasta su muerte en 1940 su vasta obra muestra lo mismo ejemplos de pintura abstracta como de arte expresionista, sin olvidar sus flirteos con el arte cubista e incluso con las formas más propias del surrealismo.
De ello se deduce que el conjunto de la obra de Paul Klee es de una personalidad única y arrebatadora, inquieto como pocos y en permanente investigación. Muchos artistas influyeron en su arte, sin embargo los colores que vio durante su viaje a Túnez, como él mismo dejó escrito, le atraparon y le acompañaron a lo largo de toda su vida. Lo que es muy importante en sus cuadros y en sus teorías pictóricas, teorías que enseñó a toda una generación de pintores alemanes ya que ejerció como profesor en la escuela de la Bauhaus, precisamente en la asignatura de color.