En la primavera del año 1914 el pintor suizo Paul Klee (1879 – 1940) emprendió un viaje de 15 días a Túnez junto a los también artistas Louis Moilliet y August Macke. Un viaje en el que todos ellos realizaron numerosos dibujos, bocetos y acuarelas de los paisajes y sensaciones que le provocó ese país del norte de África. Pues bien, en el caso de Klee la última de las acuarelas que pintó fue esta, una obra que hoy en día se conserva en la Fundación Colección Kurt Fried, en el museo de la ciudad alemana de Ulm.
El propio Klee escribió en su diario de viaje lo siguiente respecto a eta obra realizada sobre papel y cartón: