Cristo de Corcovado
El Cristo Redentor o Cristo de Corcovado es una imponente escultura exenta ubicada en Rio de Janeiro, Brasil. El Cristo es mundialmente conocido y se ha convertido en uno de los referentes no sólo de la cuidad brasileña sino también de la estatuaria mundial. La obra está ubicada en el cerro de Corcovado, a más de setecientos metros sobre el nivel del mar, en el conocido Parque Nacional de la Tijuca. La inmensa obra domina la conocida como Montaña de Pan de azúcar que se abre a la bahía de Guanabara por donde se extiende la ciudad.
El lugar se ha convertido no solamente en el centro turístico de la ciudad brasileña sino también en uno de los focos de peregrinación más importantes del cristianismo. El Cristo de Corcovado atrae a más de dos millones de visitantes al año y se ha convertido en el monumento más visitado del país brasileño.
La imagen representa una grandiosa escultura de Jesucristo con los brazos extendidos hacia Rio de Janeiro y la cabeza inclinada al vacío del cerro. La imagen de Cristo se ha representado siguiendo los modelos tradicionales de pelo largo que cae sobre sus hombros con gran simetría y barbado. En realidad no podemos hablar de una figura completamente realista o naturalista, sus rasgos son más bien poco naturales: los ojos almendrados, la nariz es recta… pero sus megalómanas dimensiones y los desafíos que éstas plantean le han llevado a situarse a la cabeza de las representaciones escultóricas.
La obra comenzó a construirse en torno a 1926 y se dilató durante cinco años, hasta que en 1931 fue inaugurado. Sin embargo el proyecto era mucho anterior; la idea de una gran escultura católica en Rio de Janeiro se debe a la princesa Isabel y a Pedro Maria Boss quienes comenzaron a planear su construcción en los últimos años del siglo XIX, en torno a 1859. Sin embargo las obras nunca llegaron a iniciarse y el proyecto no se retomó hasta 1921. Entonces se pensó que la realización de una gran escultura sería perfecta para conmemorar el centenario de la independencia brasileña.
El proyecto quedó a cargo de Héctor da Silva Costa -en él se debía incluir no sólo la realización de la escultura sino también la iluminación, el acceso hasta el cerro, el transporte de los materiales…- mientras que el escultor francés Paul Landowski se encargó de la construcción de la misma.
La imponente estatua de treinta y ocho metros de altura se levanta sobre un pedestal de ocho metros de altitud lo que hace que el espectador se encuentre con una mole de cuarenta y seis metros de altitud y mil toneladas de peso construida en hormigón armado. Los brazos se separan del cuerpo uno veintisiete metros y la cabeza de inclina peligrosamente de manera que su construcción se convirtió en todo un desafío, no debemos olvidar que a la altitud de la escultura debemos sumarle los más de setecientos metros del cerro donde se ubica y que establecen las duras condiciones meteorológicas.