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Diana cazadora de Houdon

Publicado por A. Cerra
Diana cazadora de Houdon

Diana cazadora de Houdon

El artista francés Jean Antoine Houdon (1741 – 1828) evolucionó mucho en su estilo a lo largo de su dilatada carrera como escultor. Evolucionó desde una clara influencia del arte del Barroco tardío hasta convertirse en uno de los máximos representantes del estilo neoclásico en Francia, tanto que trabajó en varias ocasiones para el emperador Napoleón Bonaparte.

Fue un artista que destacó especialmente en el arte del retrato, como se puede ver por ejemplo en las distintas efigies y figuras que hizo del escritor Voltaire.

En esta obra de la primera fase de su producción escultórica se puede apreciar bien a las claras el influjo inicial del arte Barroco. Por ejemplo el movimiento oblicuo que domina todo el movimiento de la figura recuerda muy claramente las formas de las dos figuras del grupo de Apolo y Dafne de Gian Lorenzo Bernini, aunque también se puede asemejar a otra escultura de Antonio Canova, su Hebe, que ya es propia del arte Neoclásico.

Una característica de esta obra trabajada con la combinación de materiales nobles como el mármol y el bronce, es su delicadeza. Algo que queda palpable al comprobar las proporciones pequeñas de la cabeza de esta representación de una diosa grecolatina. Las dimensiones menores de la cabeza, provocan que el cuerpo de la mujer se estilice, concentrando gran parte de la atención en el rostro, donde cobran un especial protagonismo sus ojos. De hecho, los ojos era una de las especialidades del arte de Houdon, sobre todo en sus retratos, en los que conseguía dar gran vivacidad y expresividad a sus figuras con esas miradas. Algo que se puede ver en los retratos que realizó a grandes hombres de su época como el que hizo al presidentes de Estados Unidos, Georges Washington.

Curiosamente, Houdon siempre tallaba los ojos, algo que le diferenció de otros artistas de su tiempo. Ya que muchos otros creadores contemporáneos, siguiendo los estrictos criterios historicistas del Neoclasicismo optaron por pintar los ojos en sus figuras escultóricas, al igual que serían en las figuras originales del arte de la Antigua Grecia y de la Roma Clásica.