El Auriga de Delfos
El auriga de Delfos es una escultura en bulto redondo procedente de la Grecia clásica. La obra puede enmarcarse dentro del denominado estilo Severo que se desarrolló en los primeros años del siglo V. y fue una época de transición entre las primeras formas del arcaísmo y la escultura clasicista ya plenamente naturalista.
El autor de la obra es desconocido no obstante se tiende a atribuir a un broncista del Sur de Italia conocido como Pitágoras de Rhegion.
En realidad la obra del auriga perteneció a un grupo escultórico mucho más amplio; el conjunto escultórico sería mandado hacer por el tirano de Gela (Sicilia), llamado Polyzalos, para conmemorar su victoria en una carrera de cuadrigas en uno de los juegos dedicados a Apolo. Así el auriga que hoy conservamos tan solo sería una pequeña parte del conjunto original que llevaría cuatro caballos y la figura del propio Polyzalos -algunas teorías defienden que la escultura conservada no sería la del cochero de caballos sino el propio Polyzalos- el conjunto se completaría con la figura de un esclavo.
Pese a ello esta obra es uno de las mejores representaciones de la estatuaria griega y no sólo por sus valores plásticos sino porque es uno de las pocas esculturas griegas originales que se conservan siendo la inmensa mayoría copias romanas de originales realizados en bronce.
La escultura es de tamaño natural, alcanzando los 182cm de altura, está realizada en bronce con los ojos de pasta vítrea y los labios cubiertos por ligeras laminillas de plata que le otorgan cierta expresividad. La obra no fue fundida en un solo bloque sino que presenta diferentes piezas unidas entre sí, técnica común en los grupos escultóricos de gran tamaño.
Fruto de su condición de grupo escultórico se desprende una dualidad entre la parte inferior y superior de la obra, la parte de arriba está mucho más trabajada mientras que la inferior es más tosca e insulsa ya que estaría tapada por las esculturas de la cuadriga.
La obra del auriga de Delfos aún presenta muchos rasgos que la asemejan a las esculturas arcaicas: el naturalismo aún no es conseguido completamente -la mano que se conserva y los pies son demasiado desproporcionados- la figura permanece impasible, aun estando en una postura relajada presenta cierta tensión. Sin embargo esa rigidez propia de la estatuaria arcaica, los kuros o las korai, ha desaparecido; la escultura ya no es un solo bloque, los brazos se separan del cuerpo. Mientras el conductor gira el rostro hacia un lado, las riendas y el carro se situarían en el lado contrario rompiendo así con la simetría tradicional.También ha desaparecido la característica sonrisa arcaica de las primeras esculturas, el rostro está de acuerdo con la posición de su cuerpo también relajado poco tiene que ver con la verdadera postura que podría tener un conductor de carros.
La obra fue hallada en unas excavaciones arqueológicas realizadas en torno a 1896 en el santuario de Delfos. Hoy el auriga se encuentra en el Museo Arqueológico de Delfos.