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Estatuas femeninas en la Grecia Arcaica

Publicado por Chus

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En los períodos arcaico y clásico del arte de la antigua Grecia predominaba la representación de la figura masculina desnuda (en la sociedad griega no era infrecuente observar a jóvenes atletas entrenando desnudos, que era la forma usual de competir en el momento). En cambio, el desnudo no existía en las representaciones femeninas, ya que a las mujeres siempre se las representó vestidas. Sus ropas responden a algunas tipologías de moda, así se distingue el peplos jónico o el dórico. Además, al ser holgados, cada artista gozaba de libertad para abordarlo a su antojo. La ropa es uno de los recursos expresivos importantes en la historia del arte, ya que permite plasmar una gran cantidad de matices de expresión, permitiendo mostrar serenidad tranquila o un movimiento agitado, según la escena o el gusto de la época.

Las estatuas femeninas se tallan únicamente en piedra, pero aún así se ha intentado en muchas ocasiones dotar de vitalidad a alguna de sus partes, o mostrar la flexibilidad de las telas. Evidentemente, esto se consiguió con el tiempo, ya que en el siglo VII, la ropa era una especie de “zona muerta” dispuesta a través de una serie de pliegues verticales dispuestos paralelamente, que no reflejan la caída natural de la tela, ni dejan entrever la forma femenina que está debajo. Este grupo de estatuas perteneciente a la época arcaica son conocidas como “korai”, mujeres sacerdotisas que responden a los mismos condicionantes estéticos que los “kouroi”: rigidez, frontalidad, hieratismo, simetría, geometrización de sus rasgos y partes, estáticas, etc.

Pese a la existencia de los convencionalismos descritos, lo mismo que ocurrió con la estatuaria masculina de los “kouroi”, en las “korai” se observa una clara evolución estilística, observada por ejemplo en como se representa la ropa. Hasta el siglo VI antes de Cristo la ropa es de gran austeridad, mientras que, a finales del siglo ésta se muestra mucho más complicada y decorada con multitud de pliegues en diagonal que caen en distintos sentidos y dan la sensación de tener un cuerpo debajo. Los artistas fueron experimentando un gran progreso, aprendiendo a indicar que debajo de un juego detallado de pliegues se ocultaba un busto, una estrecha cintura y unas piernas con formas redondeadas. Incluso se distinguen diferentes tipos de telas, representando una que hacía las veces de ropa interior, que se presenta suave, fina y arrugada y solía colorearse con tonos oscuros y, una pesada capa de lana cruzando en diagonal por debajo del pecho. En los primeros años del siglo V antes de Cristo, un artista plasmó una estatua femenina que integraba con perfección el cuerpo y la ropa, presentados con gran naturalidad, que incluso se muestra en la copia romana conservada. Se trata de la “Venus Genetrix” (Museo del Louvre, París), que muestra una figura cubierta por una fina tela, que se amolda al cuerpo, transparentándolo. Llega a mostrar un pecho desnudo.

Por tanto en menos de dos siglos los escultores fueron desarrollando técnicas y fórmulas que les permitieron mostrar a las figuras femeninas vestidas como mujeres vivas que llevasen ropas de telas flexibles, siempre en su afán de buscar plasmar la belleza, el movimiento y el volumen, en un progresivo naturalismo. Hay que tener en cuenta que el hombre griego se distingue en el terreno del arte por su capacidad de búsqueda, de experimentar, libre de los dogmas anteriores.