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Éxtasis de Santa Teresa de Bernini

Publicado por A. Cerra

Capilla con la escultura Éxtasis de Santa Teresa

Realizada entre 1645 y 1652.

Este grupo escultórico está ubicado en la Capilla Cornaro de la iglesia romana de Santa María de la Victoria. En realidad, es muy importante conocer su ubicación para comprender toda la valía artística de esta obra, en la que se alía la escultura, la pintura y la propia arquitectura de la capilla y de todo el templo en general.

Para empezar, porque hay un punto de vista principal para apreciarla, y ese es desde la nave de la iglesia, a cierta distancia, para poder apreciar todo el conjunto.

La escena como el propio nombre de la obra dice, representa el momento en el que Santa Teresa alcanza el éxtasis gracias a una perfecta comunicación con Dios. Se ve a la santa en un espacio irreal, sobre una nube, y allí arrodillada se le acerca un ángel que le lanza una flecha, que le va a atravesar el corazón, lo que simboliza el amor divino y la unión mística con la santa.

Ese momento es el clímax de la santa y la presencia divina se materializa en los rayos dorados que provenientes del cielo la iluminan. Son unos rayos materiales, pero también, si se visita la iglesia al atardecer se ve el efecto lumínico que buscó el autor, Gian Lorenzo Bernini. Porque tras la capilla, oculta hay una ventana con cristal amarillo, que por la tarde filtra la luz directa del sol, que ilumina directamente la figura blanca y resplandeciente de la santa.

Se trata de una composición muy barroca, muy teatral, ya que Bernini también tenía experiencia como escenógrafo y la aplicaba a sus obras escultóricas. Lo cual es muy común en el arte barroco, sobre todo en pintura, donde artistas como Caravaggio también planteaban muchos de sus cuadros como si fuera obras de teatro.

Pero no solo utiliza técnicas teatrales para la composición, sino que en esta escultura también se emplean los efectos pictóricos como por ejemplo en el cielo pintado sobre la bóveda de la capilla, así como la propia arquitectura, real o fingida, forma parte de la obra.

Todo el conjunto se sitúa en un profundo nicho, bajo un dosel que enmarca la escena, y a la que rodean las figuras de la familia Cornaro arrodilladas. Era muy importante que aparecieran estos personajes, ya que ellos pagaban las obras en esta capilla.

Para el escultor Bernini, en esta y en todas sus obras, era muy importante el asunto que representaba. Y en este caso es como alcanza Santa Teresa la gracia divina. Todos los efectos de la escultura se encaminan a mostrar ese momento mágico: los rayos, los efectos lumínicos, el blanco puro del mármol, el gesto extasiado de la santa, todo está pensado para crear la representación de algo sobrenatural y poético, como la misma Santa Teresa había escrito en sus versos místicos, o como también había escrito otro santo y poeta español: San Juan de la Cruz. Ambos poetas vivieron un siglo antes que Bernini, y su influencia literaria y mística fue muy importante durante todo el siglo XVII.