Figura yacente de Henry Moore
El escultor inglés Henry Spencer Moore (1898 – 1986) es uno de los grandes artistas de la plástica durante el siglo XX, y una de sus obras más emblemáticas es esta enorme Figura yacente (89 x 132 x 73 cm) que realizó en 1938 tallándola sobre piedra Hornton verde, y que en la actualidad forma parte de la Tate Collection de Londres.
Moore fue un artista que coleccionaba infinidad de objetos naturales como diferentes piedras de variados colores, cantos rodados, trozos de madera, restos óseos o conchas. Todos esos objetos y muchos otros los examinaba una y otra vez, y a partir de ellos hacía bocetos y dibujos transformando sus formas orgánicas hasta convertirlas en humanas.
De hecho, para sus grandes obras en muchas ocasiones partía de pequeños guijarros encontrados por azar para ir ideando la obra definitiva a un formato mucho mayor. Sus preferidas solían ser piedras arrastradas y bañadas por las aguas del mar, en la que era habitual que hubiera alguna oquedad o agujero. Por ejemplo, en el caso de esta Figura yacente vemos que la talla es a base de suaves curvas similares a las de la erosión marina y en el centro hay un agujero que también imita a esas formas naturales.
En origen la obra se le encargó para que permaneciera completamente a la intemperie en la proximidades de la colinas de Sussex, al sur de Inglaterra, por lo que para su autor era muy importante que la obra se integrara estéticamente en el paisaje que le había de rodear. De ahí la elección del tipo de piedra en la que labró la figura, porque Henry Moore solía recurrir a materiales propios de la zona donde iba a ubicarse sus esculturas, y en este caso la piedra Hornton, procedía de una cantera próxima a Banbury, en Oxfordshire.
Henry Moore es un artista a veces abstracto y en ocasiones figurativo. De hecho, la figura humana siempre está presente en su concepción artística. Y también suele recurrir a las formas bastante sencillas. Es el espectador quién de alguna forma las completa al observar sus obras. Si rodeamos la escultura somos nosotros los que vamos descifrando esas formas y vamos componiendo esa figura humana, sus miembros y su postura. Todo ello a partir de los elementos básicos del cuerpo que únicamente son plasmados desde la visión en un ángulo concreto. Si bien cada elemento se concibe a partir de ángulos de visión distintos.
Y el gran mérito del artista es que con esas formas simples logra plasmar una obra rebosante de vida y que al mismo tiempo transmite la materialidad y solidez original de la piedra en la que fue esculpida. Algo que lograba con un principio creativo similar al que ya en el Renacimiento tenía el gran Miguel Ángel Buonarrotti, ya que como el genio florentino este artista del siglo XX consideraba que su trabajo consistía en buscar la escultura que había dentro del bloque de piedra.