Fuente de las Tortugas
En Roma abundan las fuentes ornamentales de enorme valía artística. A todos nos suena la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini en Piazza Navona, por no hablar de la emblemática Fontana de Trevi. Pero hay muchas otras, quizás de menor porte, pero en ciertos casos de enorme encanto, como ocurre con la Fuente de la Tortugas, situada en plaza Mattei.
Originalmente, esta fuente la diseñó Giacomo della Porta en 1581, y su propósito era que sirviera para el abastecimiento de agua de esta barriada. Pero tal y como se hacía entonces las cosas, no se podían conformar con un sencillo caño de agua. Había que hacer algo hermoso y monumental, y desde luego que lo consiguieron. E incluso aún lo iba a ser más según los planos iniciales de della Porta, pero problemas logísticos hicieron que Taddeo Landini, el arquitecto que la materializó tuviera que simplificar algo el proyecto. El cual finalmente se concluyó en 1588.
Es decir, nada que ver con la leyenda que cuenta que se hizo en una sola noche por orden del duque Mattei, quien estaba arruinado y con tendencia al juego, pero quería sorprender a su futuro suegro construyendo esta fuente frente a su palacio. Algo que obviamente solo es una leyenda y nada que ver con la realidad.
Lo que sí que es cierto es que la familia Mattei consiguió que la fuente se ubicara en esta plaza frente a sus posesiones, ya que inicialmente iba a situarse en otro lugar. Pero esos aristócratas se comprometieron a pavimentar la zona para tener el abastecimiento de agua más próximo.
La base de la fuente es una especie de bañera cuadrada, con sus aristas curvadas. Y de ahí se eleva un basamento compuesto por cuatro conchas marmóreas, que a su vez contienen un cuenco circular. Toda esa es la estructura pétrea , pero hay que añadir las esculturas en bronce de cuatro efebos en bronce, todos en idéntica postura y los cuatro como cabalgando sobre sendos delfines. De la boca de estos delfines mana el agua que llega a las conchas.
Curiosamente hoy en día la fuente se conoce por las cuatro tortugas que hay en la parte superior. Pero estas no aparecían en la obra original. Fueron añadidas por orden del Papa Alejandro VII, quien mandó restaurar la fuente en 1658, tal y como está grabado en las inscripción de la parte baja, y encargó o bien a Bernini o bien a Andrea Sacchi que añadieran esas tortugas.