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Ivan Mestrovic y Split

Publicado por A. Cerra

Museo Mestrovic de Split

La ciudad croata de Split es mundialmente famosa por ser una urbe cuyo casco histórico en realidad fue un gigantesco palacio romano, levantado por orden emperador Diocleciano. Es decir, toda la ciudad antigua es como un inmenso yacimiento arqueológico pero vivo, ya que mucha gente habita allí. Solo por esta razón, Split ya merece aparece en cualquier publicación sobre la Historia del Arte, como lo hace aquí.

Pero además esta ciudad es el mejor lugar para conocer la obra del gran escultor Ivan Mestrovic (1883 – 1962), considerado como el escultor de temas religiosos más destacado desde los siglos del Renacimiento y el Barroco.

Este escultor tuvo un importante prestigio a nivel internacional, y para confirmarlo bastan dos datos. Por un lado, fue el primer creador al que de forma individual le dedicó una exposición el Metropolitan de Nueva York. Y otro dato que confirma ese éxito es que durante dos años de estancia en París, entre 1980 y 1910, fue capaz de crear hasta 50 monumentos.

No obstante, muchas de sus obras más emblemáticas se encuentran en Split, la ciudad a la que llegó siendo un adolescente, y en la que se instaló durante sus años de madurez. Incluso tenía pensado quedarse aquí definitivamente, pero lo cierto es que tras la Segunda Guerra Mundial y lo que se avecinaba en las tierras que iban a ser Yugoslavia, decidió irse a Estados Unidos, donde finalmente falleció.

La vida de Cristo según Mestrovic

Pero antes de eso vivió varios años aquí, en Split, y la que fue su vivienda, hoy abre el Museo Mestrovic, que alberga una increíble colección de su obra, tanto encargos como trabajos más personales. Y en las proximidades de ese museo, se halla el Kastelet. Una gran fortaleza que Mestrovic en su momento decidió comprar y restaurar, y donde creó uno de sus conjuntos de arte religioso más emblemáticos. Eso sí, aunque muchas de sus obras las realizó en bronce, en este caso nos muestra el ciclo de la Vida de Cristo, pero con esculturas de bulto redondo y relieves tallados en madera.

Escultura del obispo Grgur Ninski de Mestrovic

Pero como ya hemos dicho, lo más característico del conjunto de la obra de Ivan Mestrovic, son sus bronces, muchos ellos destinados a ser monumentos públicos. Y también en Split tenemos dos magníficos ejemplos, y además en dos puntos carismáticos de la ciudad. Precisamente se hallan frente a dos de las puertas del conjunto palaciego, la Puerta de Oro y la Puerta de Bronce. Allí se elevan las estatuas en honor del obispo medieval Grgur Ninski (Gregorio Nin) y del escritor Marko Marulic.

En ambas podemos apreciar algunas de las constantes del arte de Mestrovic, ya que se trata de obras monumentales, pero al mismo tiempo bastante esquemáticas, donde se simplifican los elementos, aunque al mismo tiempo sean tremendamente significativos.