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Santa Kunera

Publicado por A. Cerra

Santa Kunera

La leyenda cuenta que Kunera de Rhenen fue compañera de Santa Úrsula, y era una mujer de sangre real de los Países Bajos. Pero estaba al servicio de una dama que acabó estrangulándola por motivos de celos. Y ese peculiar asesinato está plasmado en esta obra por el velo que vemos anudado al cuello.

Esta talla en madera de roble se hizo para la Catedral de Cleveris a finales del siglo XV, los estudiosos piensan que entre los años 1480 y 1490. Y casi milagrosamente ha llegado hasta nuestros días y en la actualidad se conserva en un museo diocesano de Colonia, en Alemania.

La escultura es realmente muy atractiva gracias al dinamismo y vivacidad que le proporcionan las distintas líneas de movimiento que le dan los pliegues de la ropa o la postura que intuimos de piernas y brazos. Incluso los rizos de la melena le dan viveza a la figura.

Todas estas líneas tienen un desarrollo muy libre, no hay paralelas, pero sin embargo, todas acentúan la sensación de verticalidad, algo que se rompe en la parte más alta, con el delicado giro de cabeza de la santa, que además mira hacia abajo, leyendo un libro. Ese giro, como parando el movimiento, le concede intensidad y algo de dramatismo a la representación.

Respecto al origen de la pieza parece que hay un consenso casi total entre los historiadores, pensando que viene de la catedral de Cleveris, donde hay un grupo de estatuas de santas con un estilo similar. Pero la autoría de todas ellas es objeto de discordancias entre los estudiosos, ya que para algunos tal conjunto escultórico sería obra del maestro Arnt, pero en cambio otros piensan que hay una segunda mano en su realización, la de Kersten Woyers que trabajaría a las órdenes del anterior o que le sustituyó tras su muerte.

Lo que está claro es que se trata de una obra perteneciente a la denominada Escuela de Utrecht. Y de todos modos independientemente del asunto de atribuir la talla en madera a uno u otro autor, lo que es evidente es que se trata de una obra exquisita, de un nivel técnico más que elevado. Con un naturalismo más que destacable y una ligereza basada en esas telas de las que sentimos su peso, pero al mismo tiempo nos traducen la figura femenina, todo con mucha gracia y delicadeza. Y aunque hoy en día se contempla la estatua de manera individualizada, lo más posible es que originalmente se incorporara a un retablo, el cual debería ser realmente espectacular de tamaño y de forma.