Land Art
La corriente artística del Land Art nació a finales de la década de los sesenta en Estados Unidos. Este nuevo movimiento artístico persigue la construcción de la obra artística dentro del medio natural y por supuesto a través de elementos tomados de la propia naturaleza.
El Land Art surge gracias al deseo de desvincular la obra de los circuitos tradicionales del arte, museos y galerías de arte, y dotarla de un entorno único que también forma parte de la propia producción artística.
La monumentalidad de estas obras hizo necesario que para crearlas se utilizasen en muchos casos maquinaria de construcción, mientras que el paisaje se convertía en el lienzo de estos nuevos artistas.
Generalmente son obras megalómanas por lo que en su propia naturaleza se produce una síntesis entre las formas arquitectónicas y escultóricas. Las earthworks, así se conoce a estas monumentales obras, buscan alterar un determinado paisaje causando una conmoción estética en el espectador tanto por la belleza de la nueva estilística que éste presenta, como por el “deterioro” o modificación sufrido por el paisaje.
La continua exposición de las obras a las inclemencias climáticas y la interacción de éstas con el medio que los rodea e incluso del hombre hace que adquieran un tono metamórfico y cambiante, el cual es perseguido por el artista pues entiende que la obra, al igual que el medio paisajístico que la rodea, debe ser cambiante siendo así sinónimo de estar vivo.
La tónica romántica es innegable en estas construcciones, la inmensidad de la naturaleza, la relación de ésta con el hombre como una diminuta parte de ella, la inmensidad del espacio natural… Así en la década de los sesenta y setenta todavía encontramos referencias a los paisajistas de los siglos XVIII y XIX como Friedrich, Turner o Constable. Aunque también podemos apreciar la influencia del Land Art con movimientos artísticos más cercanos como el minimalismo utilizando ambos formas geométricas simples pero con un fuerte significado simbólico.
Uno de los primeros artista que llevó a cabo las nuevas earthworks fue Michael Heizer quien excavó sobre el suelo del desierto de Mojave grandes formas geométricas, su segunda acción de este tipo fue aún más megalómana creando su Doble Negativa en un paisaje natural de Nevada, para ello tuvo que movilizar más de 220.000 toneladas de tierra.
Sin embargo el artista más reconocido del movimiento Land Art es Robert Smithson cuyas obran son una perfecta síntesis de las premisas del expresionismo abstracto llevadas a cabo en el espacio natural, non-site. Smithson defendió la escultura como un todo integrado en el medio que la rodea y no como un objeto independiente capaz de ser trasladado de un lugar a otro. Quizás su obra más conocida sea Spiral Jetty realizada en el desierto de Utah: desde la falda de una pequeña colina, una inmensa espiral realizada por inmensos bloques de piedra basáltica negra forman una espiral que penetra en el Gran Lago Salado. Entre los bloques de basalto de un lado y otro, un amplio pasillo de arena permitía realizar el recorrido de la espiral internándose en el lago en el sentido contrario a las agujas del reloj. La obra aparece y desaparece en función del nivel del lago produciendo además en ella alteraciones que forman parte de su propia esencia.
En una tónica muy diferente y opuesta a las ideas romanticistas se sitúa la obra de Christo & Jeanne-Claude. La obra de este artista tiene una vinculación mucho más política y urbanita, además desde el mismo momento de su inicio, la obra se fotografiada y filmada en todo momento llevando a cabo un arte mucho más especulativo que la esencia de los primeros artistas del Land Art. Alguna de sus obras más importantes son Los Paraguas o Costa envuelta.