Sorrounded Islands de Christo
Ya en alguna ocasión han aparecido en nuestra Guía2000 las obras de Christo y su pareja Jeanne Claude, dos de los máximos representantes de la corriente artística del Land Art. Una de las vanguardias más espectaculares durante la segunda mitad del siglo XX.
Entre sus proyectos más famosos están aquellos en los que han envuelto en plásticos durante varios días grandes monumentos y símbolos del mundo, como por ejemplo el Reichstag de Berlín en Alemania.
Sin embargo hoy os queremos mostrar otra obra bien distinta. Se trata de la instalación que hicieron en el año 1983 en varias islas muy cercanas a la ciudad de Miami en el estado de Florida. Allí envolvieron ni más ni menos que 11 islas de un entorno rosa compuesto de polipropileno flotante. Un trabajo cuyos números son impresionantes.
Se comenzó a trabajar en él proyecto dos años antes, y en todo ese proceso intervinieron numerosas personas. Desde el propio matrimonio Christo hasta ingenieros, biólogos o expertos en aguas marinas. Con ello se comenzó a confeccionar, nunca mejor dicho, la tela que se iba a usar. Una tela flotante que suma un total de más de 600.000 metros de superficie, por lo que fueron necesarios realizar decenas de patrones adaptados a las formas de las islas, además de diseñar un método de instalación práctico. Sin olvidar que antes de colocar esta tela rosa flotante, hubo que recoger unas cuarenta toneladas de basura de esas aguas.
Por fin, tras todo ese arduo trabajo de preparación, llegó el momento de colocar la obra. En ese trabajo de varios días y noches intervinieron unas 430 personas. Para finalmente desarrollar esta obra a lo largo de esas 11 islas en un espacio acuático de unos 11 kilómetros.
Todo ello para una instalación que duró dos semanas. Tiempo suficiente para que la creación fuera admirada desde el continente, el mar y aire. Y se intentara comprender el espíritu de esa controvertida intervención que no deja de ser un canto a la relación de Miami con el agua y la tierra. Un paisaje sumamente llano que atrajo la atención de Christo desde la primera vez que visitó este lugar.
Por cierto como siempre en estos grandes trabajos Christo y Jeanne Claude no cuentan con ningún tipo de patrocinio. Ellos acarrean con los gastos del proyecto, y su beneficio económico lo logran a partir de la venta de obras relacionadas con el proceso de trabajo y sus resultados, ya sean dibujos preparatorios, fotos o vídeos.