Langosta, nasa y cola de pez de Alexander Calder
Esta obra que está en la escalera principal del MoMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, fue un encargo hecho en 1939 por la propia institución al artista estadounidense Alexander Calder. Y fue aquí donde creó uno de sus primeros móviles a gran escala. Un tipo de escultura dinámica de la que iba a hacer otras muchas obras en las décadas siguientes como por ejemplo, la que podemos ver en el exterior de la sede de la UNESCO en la capital de Francia, París.
Pero este móvil del museo neoyorquino es de menores dimensiones, y de hecho todavía es un móvil colgante, en cuya suspensión se generan una serie de balanceos, giros e inclinaciones siempre en un sutil equilibrio y siempre al borde de desbaratarse para tener empezar de nuevo.
Son las corrientes de aire que se generan en el entorno las que afectan a ese equilibrio. Incluso el movimiento de los visitantes puede afectar a la estabilidad y quietud de una pieza, la cual se moverá un poquito con cualquier corriente y con ello arrastrará al resto. Si bien, hay que decir que todos esos movimientos nunca son bruscos. Se trata de un dinamismo muy sutil, al menos físicamente, ya que quizás se multiplique desde un punto de vista psicológico en los espectadores.
La temática del móvil está ambientado en el mar, e incluso no solo por el título o ciertos parecidos formales o de color, también por la idea que transmite de una especie de “universo sumergido e ingrávido”.
Además, es importante mencionar que la obra de Calder no solo se limita a la creación de esculturas móviles. El artista también fue conocido por sus pinturas y grabados, así como por sus joyas y tapices. Calder tenía una visión única del arte, que se refleja en su enfoque innovador y su uso de materiales inusuales. Su trabajo se caracteriza por su uso de colores brillantes y formas abstractas, y su habilidad para infundir movimiento y vida a objetos inanimados.
Los efectos de la obra, su movilidad e incluso su éxito fueron una auténtica sorpresa para Calder, y eso le animó a seguir experimentando en este camino creativo. Mejorando el concepto de móvil colgante, donde una serie de elementos se iban sucediendo, como en caída, de arriba abajo. Y aunque la forma de esos elementos pudo variar, lo cierto es que este de Langosta, nasa y cola de pez también sentó precedente formal para muchos que vinieron después, donde son reconocibles los elementos que recuerdan a las amebas, así como unos triángulos deforme. Si bien, como hemos dicho esos móviles fueron cobrando dimensiones mayores y también se fueron realizando en materiales resistentes a la intemperie, ya que no le faltaron este tipo de encargos a lo largo de su exitosa carrera.
Calder también fue conocido por su habilidad para trabajar con diferentes escalas, desde pequeñas joyas hasta grandes esculturas al aire libre. Su capacidad para transformar materiales cotidianos en obras de arte únicas y cautivadoras es una de las razones por las que es considerado uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Y aunque hizo algunas esculturas más tradicionales en el sentido de su estatismo, la verdad es que este autor ha pasado a la historia de las vanguardias del siglo XX como el creador de las esculturas móviles.