Las Tres Sombras de Rodin
Este grupo escultórico realizado en bronce y que alcanza una altura cercana al metro, lo modeló el artista francés Auguste Rodin para coronar la parte alta de sus archifamosas Puertas del Infierno. Pero estas tres figuras individualizadas y a un tamaño mayor se pueden contemplar en el Museo Rodin de París.
Evidentemente se trata de tres figuras, masculinas, que en comparación con otras obras de arte de este autor, no tienen un tratamiento muscular de excesiva profundidad, como puede apreciarse en su emblemática obra de El Pensador. Pero en cambio, Las Tres Sombras sí que son figuras que muestran una gran continuidad, con el objetivo de lograr un impacto muy fluido de la luz sobre sus cuerpos. Es decir, un efecto bastante similar a lo que por esos mismo años, la obra la hizo en 1880, estaban llevando a cabo los pintores impresionistas de la talla de Renoir o Monet, aunque claro con los condicionantes y diferencias que hay entre las dos disciplinas artísticas, pintura y escultura.
Otra nota muy interesante de esta obra es que Rodin se nos muestra aquí como un creador mucho más preocupado por las proporciones que por la corrección de las formas. De hecho, el excesivo alargamiento tanto de los hombros como de los cuellos da la sensación de que se trata de figuras deformes.
El grupo se puede interpretar como una respuesta masculina a la imagen clásica en el arte de las Tres Gracias, que pintaron artistas como Rubens en su cuadro del Prado o Boticelli dentro de su obra La Primavera. E incluso escultores como Antonio Canova también hicieron su propia interpretación de las Tres Gracias.
De hecho, este tipo de representaciones suelen tener una estructura compositiva similar basada en las posturas de las figuras y cierta simetría, aunque Rodin en su particular revisión ha creado un movimiento individual para cada una de las figuras.
Algo muy curioso teniendo en cuenta que aquí las tres figuras son rigurosamente idénticas unas a otras. Lo único que varía es su posición, lo cual por otra parte hace que de un solo vistazo podamos ver una misma figura desde tres ángulos y puntos de vista distintos. Y en cambio, ni aún así se produce efecto alguno de simetría. Todo lo contrario, parecen variadas y vivas.
Esta fórmula de agrupamientos repetitivos la practicó Rodin en varias ocasiones, y está considerado como uno más de sus audaces logros para la historia de la escultura.
Pero las Tres Sombras también hay que entenderlas dentro del conjunto de las Puertas del Infierno. Por ello, su postura abatida se relaciona con la frase con la que Dante Alighieri, inspirador de las puertas, presenta el propio infierno:
“Abandonad toda esperanza, vosotros que aquí estáis”.