Los Kelpies de Andy Scott
Este colosal grupo escultórico se ha convertido desde su inauguración en 2014 en uno de los nuevos símbolos de Escocia. Y es que la representación de estos dos caballos tiene mucho que ver con la cultura, tradiciones y paisajes de este territorio de las islas británicas.
Su emplazamiento es en las inmediaciones de la localidad de Falkirk, no demasiado lejos de Edimburgo. En concreto está en el parque The Helix junto al canal de Forth and Clyde. Esta ubicación cercana al agua no es casual, como vamos a ver en los significados de esta escultura.
Por un lado son una representación de los caballos de tiro clydesdale, la raza equina típica de Escocia que ahí han usado durante siglos como caballos de tiro para labrar la tierra o incluso en los comienzos del desarrollo industrial. De manera que se convierten en símbolo del esfuerzo y la constancia con la que tanto se identifican los escoceses.
De hecho la realización de la obra es en sí misma la plasmación de ese tradicional tesón, ya su creador, el escultor Andy Scott, invirtió varios años en su realización, hasta que por fin culminó estas dos figuras que alcanzan una altura de 30 metros y su peso entre estructura y planchas de acero en la superficie superan las 300 toneladas cada una. Son las esculturas de caballos más grandes de todo el mundo.
No obstante, también tienen otro significado vinculado con las tradiciones escocesas. En esta ocasión con las leyendas. La obra se llama The Kelpies, y los kelpies son criaturas mitológicas que viven en los lagos y ríos de ese país. Son espíritus malignos capaces de adoptar diversas formas para atraer a los incautos. Por ejemplo, transformados en bellos caballos que invitan a domarlos y montarlos, de manera que luego el jinete se ve arrastrado al agua y ya no puede escapar. Como decimos los kelpies habitan en el agua y adoptan formas variadas y misteriosas. Según las tradiciones locales son muchos los que hay diseminados por las tierras escoesas, aunque quizás el más conocido de todos sea el mítico monstruo del lago Ness.
En definitiva que esta escultura lo tiene todo para ser icónica. Tiene la carga emocional y patriótica. También posee su aura de misterio y de leyenda. Por si fuera poco el paraje donde se encuentra posee un atractivo irresistible. Y además sus dimensiones colosales la convierte en un elemento muy llamativo en el paisaje, con un colorido y brillo diverso según como incidan los rayos del sol sobre sus el acero de la superficie. No es extraño que se haya convertido en un icono y un lugar de visita. Algo que también se puede hacer de noche, ya que The Kelpies son ideales para la proyección de unos juegos lumínicos espectaculares.