Monumento a Chopin en el Parque Lazienki
Fryderyk Chopin (1810 – 1849) es uno de los personajes de la cultura polaca más internacionales, y uno de los más queridos en su país. Tanto por su arte como por su nacionalismo. De ahí que no extrañe que uno de los lugares más bellos de la capital polaca, Varsovia, esté dominado por un monumento en su honor. Este monumento se encuentra en el Parque Lazienki, uno de los espacios verdes y señoriales más visitados de la urbe. Y periódicamente, junto al monumento se celebran conciertos gratuitos de piano recordando las obras y el virtuosismo de este artista.
Chopin en realidad nació en un aldea próxima a la capital, pero siendo un bebé, toda su familia se trasladó a la gran ciudad. Y como tanto su padre como su madre tocaban otros instrumentos, también aquel niño empezó a hacer música. Lo que nadie preveía era que con solo unos pocos años comenzó a dar recitales de piano para la aristocracia local.
Eso fue el comienzo, durante años no paró de aprender y de dar conciertos para los más pudientes. Hasta que por fin comenzó a viajar por Europa, donde se granjeó el respeto de todos los grandes compositores de la época. Una época en el que la moda artística estaba inspirada en el Romanticismo.
Mientras él vivía en el extranjero, su Polonia natal quiso librarse del poder de Rusia, pero aquellas revueltas nacionalistas acabaron con una fuerte represión por parte del zar Alejandro I. Chopin desde la distancia trató de colaborar con la insurgencia y por ello nunca fue un personaje demasiado querido por los rusos. Y eso nos lleva a conocer la historia de este monumento conmemorativo, que obviamente se construyó muchos años después de la muerte de Chopin. Quien por cierto nunca regresó a Polonia, por una parte debido a la situación política, y por otra debido a su frágil estado de salud, la cual hizo que muriera muy joven.
En realidad, la escultura que hoy se ve en el Parque Lizenki se originó en 1908. Aquel año, el escultor local Waclaw Zymnowski terminó la obra en un estilo modernista muy apropiado para aquellos años de inicios del siglo XX. Sin embargo, el monumento como tal no fue inaugurado hasta 1926.
En él vemos a Chopin sentado bajo un árbol, un sauce cuya copa está sacudida por la fuerza del viento. Una escena en la que se ve la fuerza de su música y al mismo tiempo que el ensimismamiento del pianista. Pero el monumento fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial, como gran parte de Varsovia. Y como el resto de la ciudad, también en ese caso se reconstruyó tal y como era. Pero eso sí, hubo que espera hasta 1955 para que se diseñara el entorno donde ubicarla. Y además, dadas las reticencias de los soviéticos, muy presentes por aquellos años en la política polaca, el monumento no se pudo inaugurar hasta 1969. Desde entonces es uno de los emplazamientos más vistosos y agradables de la ciudad.