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Mosaico de Cristo entronizado con los Apóstoles en la Jerusalén celestial

Publicado por A. Cerra

Mosaico de Cristo entronizado con los Apóstoles en la Jerusalén celestial

Esta es una de las primeras grandes obras del arte paleocristiano que podemos disfrutar en la actualidad. Estamos hablando de un enorme mosaico, excelentemente restaurado, que se realizó en los inicios del siglo V en el interior de la Basílica de Santa Práxedes y Santa Prudenciana en la ciudad de Roma.

Como en otras creaciones de la escultura, pintura o los mosaicos paleocristianos, sus artífices tienen como modelo las obras de arte romano. De hecho, en las primeras obras de este estilo se puede decir que se trata de figuras romanas que han sido cristianizadas.

Por ejemplo, en este mosaico en el que vemos a Jesús en el centro rodeado por sus 12 Apóstoles, se pueden apreciar elementos como las sombras, los pliegues de las túnicas e incluso los gestos tan naturalistas, que son una clara herencia del arte romano más clásico. Basta ver la sensación de profundidad que se le da a este mosaico ubicado en un ábside, una idea de perspectiva que es similar a otros muchos efectos ópticos que se idearon durante el periodo romano.

Y no solo eso, también las formas nos pueden recordar al arte del imperio. Sin duda la representación de la Jerusalén celestial, la ciudad que se ve detrás de Jesucristo, bien podría ser la arquitectura habitual en una urbe de origen romano. Hasta el propio Jesús parece sentarse en un trono más propio de los emperadores, mientras que podría estar asistido por sus 12 senadores.

Por otra parte, este mosaico de la basílica romana es una de las primeras ocasiones de la historia en la que Cristo aparece con la cruz. Pero el personaje no se nos muestra crucificado, sino que se trata de una cruz adornada con joyas y que se sitúa en la parte superior del centro de la composición, aludiendo con ello al ambiente celestial de la escena.

E igualmente es una de las primeras imágenes en las que se ve el Tetramorfos flanqueando precisamente esa gran cruz y por encima de todos los personajes. Así en la parte más alta del ábside, están los símbolos de los cuatro Evangelistas: el león de San Marcos, las alas de San Mateo, el buey de San Lucas, y el águila de San Juan.

Por todo ello, el mosaico de Jesús entronizado con los Apóstoles en la Jerusalén celestial, es una magnífica obra del arte paleocristiano inicial. Un tipo de arte que de alguna forma está en la base de una temática que durante siglos va a crear las más famosas creaciones artísticas de la humanidad.