Sacrificio de Isaac de Brunelleschi
Sacrificio de Isaac de Brunelleschi
En el año 1401 la ciudad toscana de Florencia convocó un concurso artístico para encargar las que iban a ser las segundas Puertas del Baptisterio. Ya había unas anteriores, obra de Andrea Pisano, pero ahora se quería acometer la decoración en relieve de las segundas puertas.
A ese concurso se presentaron los escultores más insignes de la época. Y el resultado fue que los finalistas fueron Filippo Brunelleschi, Lorenzo Ghiberti y Jacopo della Quercia, tres de los máximos representantes de la escultura renacentista del Quattrocento.
Debían presentar una obra como modelo de lo que harían en las puertas, y el tema era obligatorio. El pasaje bíblico del Sacrificio de Isaac. Y había otros condicionantes como que la escena debía enmarcarse en cuadrilóbulo, siguiendo el modelo de las puertas góticas de Pisano. Y además la idea, al elegir ese tema y ese espacio para su representación, es que los artistas mostrarán su capacidad para plasmar animales, personajes vestidos y desnudos y acción.
Brunelleschi presentó este relieve, aunque no fue el ganador. Ya que el encargo final recayó en Ghiberti. Sin embargo, tanto la obra de prueba de uno como de otro, y también del tercer finalista, se conservan como valiosísimos testimonios del arte de la época, y ambos se exponen en el Museo Barghello de Florencia.
El relieve de Brunelleschi se compone con dos registros en horizontal y un triángulo. Las formas muestran la enorme maestría escultórica de Brunelleschi, que tal vez es más conocido por su faceta como arquitecto ya que él sería el autor de la famosa Cúpula de Santa María de las Flores, la catedral florentina. U otras obras como el Hospital de los Inocentes en la misma ciudad. De hecho, se considera un hecho, que no resultar ganador de este concurso escultórico, le desilusionó enormemente, y la pérdida del encargo le hizo alejarse bastante de esta disciplina artística y volcarse principalmente en la arquitectura.
Las figuras del relieve de Brunelleschi son muy voluminosas, y plantean una fuerte tensión dramática para mostrar la escena, en la que un padre (Abraham) se ve obligado a tener que matar a su hijo (Isaac) para demostrar su devoción hacia Dios. Por otra parte, es una obra que muestra el gran conocimiento de la Antigüedad que poseía este autor.
No obstante, la necesidad de movimiento y de acción de este episodio bíblico hace que lo hiciera con cierto amontonamiento de figuras. Sin embargo, no sería esa la razón básica para no ganar el concurso. Sino que el relieve presentado por Lorenzo Ghiberti posiblemente era mucho más consecuente con el estilo vigente para la escultura de la época, todavía muy influenciada por las formas del Gótico Internacional, además de que su método de trabajo y la cantidad de material empleado, hacía que el encargo final a Ghiberti fuera más barato. Mientras que la obra de Brunelleschi, en esencia hubiera sido más cara y también mucho más renacentista, y es que tal vez, en muchos aspectos, este autor fue muy adelantado para su momento.