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San Juan Bautista de Donatello

Publicado por A. Cerra

San Juan Bautista de Donatello

Estamos a acostumbrados a ver las esculturas de Donatello tanto en mármol como en bronce, como por ejemplo su famoso David, del que además hay versiones en ambos materiales. Pero lo cierto es que no es tan común conocerlo por obras talladas en madera. Y sin embargo este San Juan Bautista policromado salió de su taller en el año 1438.

Además lo más habitual para la producción de este gran maestro del Renacimiento es que sus obras se encuentren en la ciudad de Florencia, o en lugares próximos de la Toscana. Pero aquí estamos ante un encargo que recibió desde Venecia, y de hecho en la actualidad la talla se sigue mostrando en el retablo de una de las capillas de la Basílica de Santa María de Frai ubicada en la ciudad de los canales.

Precisamente por ser una rareza dentro de la historia de Donatello, lo cierto es que durante mucho tiempo se dudó que fuera él el auténtico autor de esta figura veneciana y en madera. No obstante, los historiadores del arte ya parecen haberse puesto de acuerdo en su autoría. Hoy se le adjudica sin duda a este escultor renacentista y además refuerza la idea de su gran talento y de la variedad de registros que era capaz de imprimir a sus creaciones. Aportando en este caso cierta evocación del gótico por la policromía, en la que tiene un protagonismo especial el dorado. Del mismo modo que la exageración del gesto también se puede vincular con los finales del arte medieval. Pero todo ello no le resta ni un ápice de interés a la pieza.

Por su colocación dentro del retablo todavía destaca más. La capilla está dedicada a San Juan Bautista, y obviamente este personaje es la figura principal, y su calidad llama la atención por las imágenes que le rodean, ambas de autoría desconocida.

La escultura es menor que la escala real, ya que apenas supera los 140 centímetros de altura, pero aún así posee un aura de monumentalidad evidente, algo que se debe a su postura y la expresividad que aporta cada gesto y elemento. Su imagen es muy natural y es portentosa la calidad en los rasgos de la cara, al igual que nos llama la atención el tamaño y fuerza de las manos del personaje. Lo vemos avanzando, dando un paso con su pierna derecha, yendo decidido hacia el río Jordán, donde los Evangelios cuentan que bautizó a Jesucristo.

Este tipo de personajes solitarios y de gran carga ascética siempre le fascinaron a Donatello. E incluso hay que decir que a San Juan Bautista lo representó en varias ocasiones, con diversas actitudes y materiales.