Silla Rota en Ginebra
Uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad suiza de Ginebra es el gran Palacio de las Naciones, que en realidad es un amplio conjunto de construcciones situadas en el Parque Ariana y levantados muchos de ellos en las primeras décadas del pasado siglo XX. Ese complejo arquitectónico acogió la primera asamblea de la Sociedad de Naciones, antecesora de la ONU. Y hoy en día sigue siendo una de las principales sedes de ese organismo internacional y de sus distintas instituciones, como la famosa UNESCO que tantas veces nombramos aquí al hablar de las obras de arte que son Patrimonio de la Humanidad.
Pues bien el conjunto arquitectónico del Palacio de Naciones ya tiene unas décadas de antigüedad, sin embargo siempre ha habido un interés por incorporar a esta zona obras de arte contemporáneo para darle vigencia a la institución. Entre esas obras se encuentra la Silla Rota, conocida internacionalmente como Broken Chair.
Se trata de una monumental escultura que alcanza los 12 metros de altura y que pesa más de 5 toneladas. Y todo ello está hecho en madera por el maestro carpintero Louis Genéve, siguiendo los diseños del artista helvético Daniel Berset.
La escultura surge tras un encargo de la organización Handicap International, la cual es una firme defensora de los derechos de las personas discapacitadas. Y con semejante obra, que en el fondo es una colosal silla coja, lo que se pretende es llamar la atención sobre las numerosas (miles y miles) de minas antipersonales que hay diseminadas por países de todos los continentes. Es decir, esta escultura quiere colaborar para que ese armamento se prohíba a nivel mundial.
No obstante, la Silla Rota de Berset y de Genéve se concibió originalmente como una especie de perfomance que debía durar solo 3 meses. Era una actuación puntual con ese objetivo concreto de denuncia. Sin embargo, ya lleva expuesta allí desde 1997, o sea 20 años. Y es que se ha hecho imposible retirarla, más aún después de que se remodelara la plaza donde se encuentra, y se contara con ella para el diseño definitivo de ese espacio urbano de Ginebra. Algo que no nos ha de extrañar, ya que al fin y al cabo se ha acabado por convertir en un símbolo que viene a denunciar que todavía hay muchas guerras en el planeta, que muchas personas quedan dañadas de por mi vida a causa de esos conflictos, independientemente de que sean soldados o civiles, niños o mayores, hombres o mujeres, etc…