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El retrato de Fränzi ante una silla tallada, Kirchner

Publicado por Laura Prieto Fernández

El retrato de Fränzi ante una silla tallada es una de las más destacadas del artista expresionista Ernst Ludwig Kirchner; el óleo se encuentra en la actualidad en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid y es uno de los mejores ejemplos de arte vanguardista, una de las obras claves de la estética expresionista.

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Kirchner (1880 – 1938) nació en la localidad alemana de Aschaffenburg pero cuando contaba con uno veinte años se trasladó a Dresde para estudiar arquitectura y desde allí, a Berlín donde ingresó en la Escuela de Bellas Artes de la capital alemana. Allí conoció a otros jóvenes artista con los que formaría el grupo Die Brücke, El Puente. Juntos retomaron un arte de influencia primitivista, con colores agresivos como ya habían hecho los fauvista pero incorporando además la degradación social. Su intención no era mostrar la realidad pero sí agitar conciencias mostrando los aspectos más deplorables de la sociedad europea del momento.

La inestabilidad de las obras de Kirchner es la antesala de su precaria situación emocional; como ya ocurriera con Van Gogh el artista plasma en sus lienzos sus problemas psicológicos. Una muestra de su débil salud mental fue que el artista, angustiado por su propia existencia, terminó suicidándose en 1938.

En el retrato de Fränzi ante una silla tallada encontramos a una de las modelos asiduas a posar para el grupo expresionista. Tan sólo se trataba de una jovencita de unos diez o doce años de edad, perteneciente a los barrios pobres de Dresde que continuamente aparece en las obras de estos artistas. De hecho la joven niña fue elegida como modelo para realizar la obra más destacada de la primera exposición importante del grupo Die Brücke.

La niña aparece con sus mejores galas y aunque sólo parece retratada de medio cuerpo podemos intuir el bonito vestido que lleva; la pequeña acaba de peinarse y aún conserva el lazo que recoge su pelo. Aparece sentada mirando al espectador en una extraña silla que posiblemente tallara el propio artista: el respaldo es una mujer desnuda, poco perfilada cuyos rasgos están poco definidos pero que se eleva tras la jovencita como un espectro acechante.

En realidad las dos figuras parecen íntimamente ligadas, la joven Fränzi nos observa fijamente con sus ojos profundos y sus labios carnosos y rojizos. La silueta que aparece tras ella no es sino el destino de la pequeña; en una Alemania solada por los pagos de la Gran Guerra muchas jovencitas veían en su cuerpo el único negocio para sobrevivir.

Los colores son antinaturales y muy llamativos; la niña aparece representada en una tonalidad verdosa amarillenta que se contrapone con el azul de su vestido y sobretodo con el cuerpo desnudo que se ha representado en el respaldo de la silla. Las pinceladas son gruesas y muy cargadas de empaste y las gruesas líneas de color negro delimitan el contorno. El artista rehúye del realismo y busca la bidimensionalidad de las formas, el eco de las formas primitivas será una constante en los lienzos del artista expresionista.