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Tesoro de los Sifnios

Publicado por A. Cerra

TEsoro de los SifniosSe trata de un pequeño edificio construido en la ciudad griega de Delfos poco antes del año 525 antes de Cristo. Y la finalidad de tipo de construcciones conocidas como “tesoros” era la de albergar las ofrendas y glorificar el lugar donde se erigía. En este caso se trata de un templete cuyo interior se cubre con un tejado a doble vertiente. Y la habitación interna está precedida por un pórtico de columnas de orden jónico, sobre las que se desarrolla un friso continuo con relieves en el entablamento. Estos relieves posiblemente sean lo más valioso artísticamente de la construcción. Una construcción que está realizada íntegramente en mármol, incluyendo los relieves y esculturas.

Como es habitual en la arquitectura de la Antigua Grecia, en origen también habría esculturas en los dos frontones del Tesoro de Sifnios, pero lamentablemente sólo ha llegado hasta nuestros días una pequeña parte de la esculturas del frontón posterior, si bien los estudiosos del arte griego consideran que son de inferior calidad a los relieves del friso.

En cada uno de los cuatro frisos hay una temática diferente, y al mismo tiempo también se pueden ver dos calidades de ejecución distintas. En los frisos oeste y sur se ven rasgos de un autor bastante arcaísta. Mientras que los frisos norte y este son obra de otro artista o taller más innovador.

En el friso este se ven escenas que representan la Guerra de Troya, y en el friso norte se observa una Gigantomaquia, es decir, una lucha contra los Gigantes. Por lo tanto en ambos frisos se representa una batalla. Y en los dos friso, enmarcando los combates se ve un carro esculpido en un atrevido escorzo, dispuestos los caballos como si estuvieran girando hacia una visión en tres cuartos con el auriga tras ellos.

Una de las características más novedosas de estas esculturas, clasificadas dentro del estilo griego denominado arcaico maduro, es que a veces se emplean planos que parecen retroceder, al igual que son muy habituales los planos rotos en tres cuartos y los agrupamientos de figuras. Se trata de una tridimensionalidad diferente, y que no se había visto antes en las obras en relieve de la civilización griega.

De hecho, su autor tuvo muy en cuenta el punto de vista del espectador, ya que diseñó los relieves en relación a la llegada que se hacía desde el camino en zigzag que conduce hasta el edificio del Tesoro, de manera que así conseguía encuadrar la obra dentro de su entorno paisajístico.

Otro ejemplo de este tipo de edificios es el Tesoro de los Atenienses de fines del siglo VI y principios del siglo V antes de Cristo. El cual pese a ser una obra de época posterior al Tesoro de los Sifnios, se construyó en un orden más antiguo: el dórico, y por lo tanto los relieves no aparecen en un friso corrido sino en las habituales metopas flanqueadas por triglifos que caracterizan la arquitectura dórica.