Tiki sonriente
Tiki sonriente
En la Polinesia Francesa, pese al enorme influjo de sus colonizadores europeos, se guardan unos monumentos tan antiguos como enigmáticos denominados tikis. Unas grandes esculturas realizadas en piedra volcánica de formas sencillas e incluso bastante toscas, pero que son la mejor representación de las creencias de las poblaciones aborígenes de estos archipiélagos del océano Pacífico. Y dentro del conjunto, seguramente donde mejor y más se han conservado estas obras es en las islas Marquesas, sobre todo en dos de ellas: Nuku Hiva e Hiva Oa.
Ahí se encuentran numerosos tikis repartidos por el territorio y parece claro que son representaciones de dioses de las creencias animistas locales más antiguas. Aunque hay quien ha propuesto que tal vez sean esculturas que representan a antepasados. Quizás, no se sabe con absoluta seguridad, pero lo que parece un disparate son los pseudocientíficos que han dicho que son representaciones de seres extraterrestres. Aunque su aspecto sea muy extraño, es muy complicado afirmar y contrastar que sea la imagen de seres venidos de fuera del planeta.
Esos rasgos tan esquemáticos posiblemente tienen mucho más que ver con la dureza de la piedra volcánica y con el tipo de herramientas que se emplearon para esculpirlos. Además de que todos los artes de carácter primitivo, como es este caso, siempre tienen una tendencia hacia lo esquemático. Por no mencionar que todo lo vinculado con las creencias a veces se plasma de una forma muy abstracta. Más aún en casos como este donde se tenía una concepción animista del mundo, atribuyendo espiritualidad a los elementos de la naturaleza, tanto plantas, como animales o rocas.
Por eso se quiere representar más un espíritu que un ser natural. Y a ese espíritu se le da forma con una cabeza o como mucho un busto, dándole todo el protagonismo a un rostro muy singular dominado por unos grandes ojos que miran fijamente y que por regla general tienen una boca y unas mandíbulas bastantes pronunciadas. Y como mucho se representan con un relieve muy bajo las manos o piernas, como es el caso de este Tiki sonriente de la isla de Hiva Oa.
En cuanto a la datación de este tipo de tikis, los estudiosos consideran que algunos pueden datar del siglo IX antes de Cristo. No obstante la datación genera bastante dudas entre los expertos. Al igual que existe un interesante debate por emparentar los tikis de las Marquesas con los gigantescos moais de la Isla de Pascua, también ubicada en el Pacífico Sur, y la cual se supone que en un tiempo indeterminado llegaron sus primero pobladores procedentes del archipiélago de las Marquesas. Y quién sabe si llevaron su costumbre de realizar tikis que con el tiempo evolucionaron hacia los monumentales moais.