Waterfall en Versalles de Olafur Eliasson
El arte contemporáneo tiene expresiones que difícilmente son relacionables con las disciplinas artísticas más tradicionales, y ese el caso de la obra de este creador danés, Olafur Eliasson, el cual hace obras como esta Waterfall o Cascada en Versalles que no se sabe muy bien como catalogar.
Podría ser una obra de arquitectura en su vertiente más paisajística, sin embargo no tiene ese carácter de perdurable y duradero propio de la arquitectura, ya que se trata de una instalación temporal que en 2016 se ha realizado en el Palacio de Versalles.
Por otro lado, tampoco sería una escultura, porque aunque tiene ese valor plástico y se trabaja la tridimensionalidad, la verdad es que los materiales de esta obra, son agua y luz, o sea, nada escultóricos.
Esa indefinición no impide que Eliasson en la actualidad sea uno de los artistas más cotizados del mundo, realizando proyectos con presupuestos holgadísimos como este de Versalles, o una instalación similar que realizó en 2008 en Nueva York, en el mítico puente que une Brooklyn y Manhattan.
Son muchos los vínculos entre estas dos cascadas. En primer lugar lo que ya hemos citado, o sea, sus materiales (agua y luz), su presupuesto muy elevado y su carácter de temporalidad. Pero además es interesante comprobar como el artista genera su obra contemporánea teniendo muy en cuenta su emplazamiento y el respecto a obras tan emblemáticas y valiosas como son el Puente de Brooklyn o el palacio barroco de Versalles.
En el caso de la cascada versallesca, la verdad es que se trata de la obra más espectacular de una intervención más amplia, ya que durante todo el verano de 2016 la obra de Eliasson se encuentra dispersa por los jardines de palacio. Y no solo en el exterior, también algunas estancias palaciegas acogen las peculiares obras de este artista.
Si bien, sin duda la Waterfall es lo más espectacular. Un gran cascada creada a partir de una grúa y canalizaciones de agua que se elevan hasta los 40 metros, dándole un nuevo recorrido a las aguas del Gran Canal de Versalles. Todo ello para crear un diálogo entre el arte contemporáneo y los jardines históricos, y proporcionar nuevos juegos y diálogos entre los espectadores del siglo XXI.