Mosaico del mapa de Palestina de Madaba
La ciudad de Madaba en la actual Jordania durante los siglos V y VII fue un importante asentamiento de los cristianos bizantinos en esta zona del Oriente Próximo. Y si hay una manifestación artística de los bizantinos esa es la realización de mosaicos. Un arte que se desarrolló con gran esplendor durante ese tiempo en esta ciudad jordana.
Sin embargo, en la historia de Madaba hay una fecha muy importante. El año 747 cuando se produjo un terrible terremoto que dejó la ciudad casi en ruinas. Y de hecho nunca llegó a recuperarse por completo, y hacia el año 1.000 estaba abandonada. Así se mantuvo durante siglos, pero en el siglo XIX se convirtió en refugio de un par de miles de cristianos que llegaron aquí huyendo de los musulmanes de Karak.
Eso le volvió dar vida a Madaba, y los cristianos trataron de devolverles el culto a las iglesias que se mantenían en ruinas. En una de ellas, la de San Jorge, al comenzar a excavar hallaron un pavimento increíble. Era un gigantesco mosaico con la representación de un mapa, el más antiguo que se conserva de Palestina y Tierra Santa, ya que el mosaico se data en torno al año 560. Y aunque se ha perdido gran parte de él, se puede especular con sus impresionantes dimensiones, que tenían unos 6 metros de ancho y una longitud que pudo alcanzar los 25. Una enorme superficie decorada con más de 2 millones de teselas de colores.
Este descubrimiento ocurrió en el año 1884 y desde entonces ha supuesto una fuente de información privilegiada sobre la historia de estos territorios tan convulsos desde la Antigüedad. Se trata de una representación topográfica que no está orientada hacia el norte, como es habitual, sino hacia el este, al igual que toda la iglesia.
El territorio comprendido va más o menos desde el Líbano hasta la desembocadura del Nilo al norte de Egipto. Y desde el propio mar Mediterráneo hasta las arenas del desierto de Arabia. Un espacio donde se descubren fácilmente lugares como el mar Muerto o la ciudad de Jerusalén perfectamente descrita con sus murallas, puertas y templos.
No obstante hay hasta 150 leyendas escritas en griego que identifican otros lugares como Belén, Jericó rodeada de palmeras o el río Jordán. Al igual que hay urbes de las que se plasma el urbanismo de su época como Neapolis, Ascalón o Gaza.
Por si fuera poco hay detalles que le aportan dinamismo a la representación como los dos barcos que navegan por el mar Muerto, un león cazado una gacela en el desierto, los colores del Monte Sinaí o los peces que nadan en el delta del Nilo.
En definitiva, el mapa aunque incompleto y dañado por avatares de la historia, es uno de los mosaicos más valiosos que han llegado a nuestros días de la portentosa industria musivaria que hubo en la Madaba bizantina.