Andrómeda y Perseo, Tiziano
Bajo la denominación de “poesías” encontramos un conjunto de lienzos que el artista renacentista Tiziano pinto para el futuro rey de España Felipe II cuando este aún no había subido al trono. Se trata de un conjunto de ocho lienzos aunque en principio se pensó que tan solo eran seis ya que el artista nunca llego a contemplar el encargo- todos ellos ideados para ser exhibidos en conjunto en una misma estancia que por las dimensiones de los cuadros debía ser bastante grande.
La obra que aquí analizamos y que lleva por título Perseo y Andrómeda se trata de un gran cuadro pintado en óleo sobre lienzo que mide unos 2 metros de anchura y algo más de metro ochenta de altura. En la actualidad la piedra forma parte de la colección que se exhibe en la Wallace Collection.
El lienzo formaba junto con el Rapto de Europa la última de las parejas de poesías que el pintor envió al monarca y en concreto este lienzo sustituyo a la historia de Jasón y Medea que finalmente Tiziano nunca llegó a pintar. El artista veneciano se inspiró en el relato de Ovidio hace en las metamorfosis para representar su lienzo; según se narra en la obra del poeta griego Andrómeda era la hija de los reyes de Jaffa.
Su madre Casiopea dijo que la belleza de Andrómeda era superior a la de las Nereidas, las ninfas de Neptuno. Debido a la falta de respeto que ello suponía para el dios del mar el oráculo Amán predijo que Andrómeda debía ser castigado y así, la joven acabo atada a unas rocas. Perseo que acababa y cayó perdidamente enamorada de ella. Tras matar a la bestia que había enviado Poseidón, Perseo y Andrómeda se casaron.
En un primer plano observamos a Andrómeda que aparece atada a las rocas debido a su castigo, la joven se gira para observar a su salvador que lucha con la bestia enviada por Poseidón. La postura distorsionada de los personajes con fuertes escarzos y posturas imposibles nos hablan de la influencia que los primeros ecos del Manierismo tendrán en la pintura del veneciano.
De la misma manera, los efectos lumínicos nos hablan de un incipiente tenebrismo más propio de la época barroca en donde la dama aparece fuertemente iluminada y el resto de la composición -héroe incluido- queda sumido en la penumbra.