Arte

El baile de André Lothe

Publicado por A. Cerra
El baile de André Lothe

El baile de André Lothe

Esta obra conservada en la actualidad en el Museo Reina Sofía de Madrid, la realizó el pintor francés André Lothe en el año 1922 sobre lienzo y la pintó al óleo.

Es una obra emblemática de toda su producción artística, porque deja bien patente el estilo artístico que desarrolló a lo largo de su vida Lothe (Burdeos, 1885 – París, 1962).

Desde joven en su ciudad natal comenzó a recibir formación artística, e impulsado por los gustos de su padre se decantó por la escultura. Sin embargo, a principios del siglo XX se desplaza a París, la capital mundial del arte en aquel momento, y allí definitivamente opta por dedicarse a la pintura, aunque a lo largo de su vida también desarrollaría trabajos como grabador e ilustrador.

Las primeras décadas del siglo XX son un momento de plena efervescencia artística, y continuamente están surgiendo nuevos movimientos de vanguardia, a cada cual más rompedor con la pintura tradicional. Y Lothe opta por hacer una especie de fusión entre el moderno Cubismo y las formas más académicas. De esto es un buen ejemplo esta obra de El Baile.

No obstante, en toda la obra de Lothe se puede apreciar que vence el Academicismo al Cubismo. Y es que se trataba de un pintor que estudió en profundidad muchos de los pintores históricos, y especialmente era un apasionado de la pintura barroca de Rubens, pero también le admiraba el arte romántico de Delacroix, así como las formas postimpresionistas de Paul Cezanne, sin duda uno de los grandes inspiradores de posterior arte cubista.

Y además, en su obra se pueden descubrir ciertos matices propios del arte fauvista, porque otra de sus referencias artísticas, era el pintor Paul Gauguin. Con todas estas influencias creó un estilo de gran éxito por aquellos años, y contó con un elevado número de seguidores, que preferían esas formas modernas pero contenidas, antes que la radicalidad mucho más revolucionaria de otras vanguardias.

Si bien, André Lothe ha cobrado con el paso del tiempo casi más importancia como teórico y formador de artistas, como pintor propiamente dicho. En el mismo año que pintó este cuadro formó la Academia André Lothe, y por sus manos pasaron importantes artistas de mediados de siglo. Desde pintores como Tamara de Lempicka hasta fotógrafos como Henri Cartier Bresson o William Klein, éste último también conocido por su faceta de director de cine.

Incluso cuando unos años después se instaló en el pequeño pueblo de Mirmande, en el valle del Drome, allí creó una escuela de verano por la que pasaban infinidad de alumnos todos los años, donde principalmente impartía clases magistrales sobre pintura de paisaje.

Y es que es muy importante su actividad como docente y teórico del arte. De hecho escribió varias obras de enorme influencia en la época. Como su Tratado del paisaje de 1939, sus Escritos sobre pintura de 1946 o el Tratado de la figura de 1950.