Ascensión de un globo Montgolfier en Aranjuez
Los hermanos Joseph Michel y Jacques Étienne Mongolfier inventaron el globo aerostático y con ello dieron un paso de gigante en la historia de la aeronáutica. No obstante, como otros grandes inventos de la historia, el suyo también tuvo unos comienzos vinculados con la casualidad.
Ellos provenían de una familia de fabricantes de papel y en una ocasión vieron como una especie de bolsa de papel si se colocaba a la inversa y se calentaba el aire de su interior ascendía. Eso lo comprobaron con bolsas pequeñas y a escala, pero llegó el momento en el que quisieron conseguirlo con bolsas más grandes. Así que a partir de 1782 empezaron a hacer pruebas con globos hechos de seda y lino.
El experimento funcionaba y cada vez aumentaron el tamaño, hasta que por fin en junio de 1783 hicieron una demostración pública haciendo volar una bolsa esférica de 11 metros de diámetro, la cual subió hasta casi 2.000 metros de altura y voló durante varios kilómetros. El reto siguiente estaba claro, lograr que pudiera llevar seres vivos a bordo. Al inicio probaron con animales domésticos en un vuelo sobre Versalles con el permiso del rey. Y dado el éxito se probó con tripulantes humanos.
Fue el 21 de noviembre de 1783. Y los tripulantes fueron Jean-François Pilâtre de Rozier y François Laurent, marqués d»Arlandes, ambos merecedores de pasar a la historia como los dos primeros pilotos de globo, aunque el final de los dos fue bastante triste. Mientras que Pilâtre de Rozier se convirtió en la primera víctima de un accidente aéreo al estrellarse con otro globo en 1785. Su compañero, el marqués d’Alandes, murió solo y pobre en su castillo.
En cambio, los Montgolfier acumularon una importante fortuna y fueron mejorando paulatinamente el globo, sus dimensiones, las telas usadas y las cestas para los tripulantes. De hecho, dieron nombre este tipo de globos de aire caliente y fueron haciendo demostraciones por diversos lugares y hasta cruzaron el Canal de la Mancha, volando de Francia a Inglaterra.
Todas esas demostraciones eran reflejadas en la prensa de la época. La crónicas se acompañaban de ilustraciones y hasta se hicieron cuadros de tales inventos, tremendamente novedosas para la época. Un cuadro de estos se encuentra en el Museo del Prado de Madrid y es obra del pintor Antonio Carnicero quién realizó cartones para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, donde posiblemente pudo coincidir con un joven Francisco de Goya que también realizó cartones como El quitasol o La gallina ciega para la posterior materialización en formato de tapiz.
El caso es que Carnicero realizó este gran lienzo al óleo (169 x 280 cm) reflejando el evento de la Ascensión de un globo Montgolfier el 5 de junio de 1784 en los jardines del Real Sitio de Aranjuez.