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Autorretrato de George Grosz

Publicado por A. Cerra

Autorretrato de Grosz «Atención»

Al pintor George Grosz (1893 – 1959) se le considera no solo un magnífico artista, sino también se le puede ver como un fabuloso cronista del periodo entreguerras en su país, Alemania. Si bien sus comienzos como pintor estuvieron más cercanos a las formas vanguardistas, lo cierto es que incluso en su periodo más dada no dejó de ser un creador figurativo y muy apegado a la realidad social de su tiempo.

De joven viajó a París, y allí aprovechó para conocer la obra de pintores como Francisco de Goya u Honoré Daumier. Y aunque en origen él tenía una vocación inicial más próxima al dibujo y a la caricatura, pronto fue acercándose a formatos más afines a la pintura expresionista. Todavía más tras su breve participación como soldado en la Primera Guerra Mundial, un episodio que no solo le marcó a él, sino a toda Alemania como perdedores en aquel conflicto.

Como otros pintores de su país, su arte se tornó muy pesimista e incluso apocalíptico. Algo que es evidente en sus célebres visiones de ciudades violentas y caóticas como en su cuadro Metrópolis.

En paralelo, su ideología política se fue orillando hacia la izquierda y las preocupaciones sociales. De hecho, llegó a militar en el Partido Comunista y viajó a la Unión Soviética, si bien es cierto que no le terminó de apasionar lo que vio en aquel país.

Así que volvió a Alemania, que por entonces vivía un periodo político denominado la República de Weimar. Fue en esos años cuando su pintura mezcló las caricaturas y lo grotesco con una intención claramente de denuncia. Lo cual derivó en un nuevo estilo que se denominó Nueva Objetividad. Una pintura absolutamente figurativa y que busca plasmar la realidad, no en cuanto a la forma, pero sí en lo referente al contenido. Es decir, que no se dudaba en retratar lo más feo y los problemas de la sociedad alemana de esos años.

Grosz cada vez fue un artista más político, y fue casi un avanzado a su época. Por ello, vio venir lo que se avecinaba. Tanto que avisó de la amenaza que suponía el incipiente nacionalsocialismo que inspiraba un tal Adolf Hitler. Y por ejemplo este autorretrato de 1927, que cuenta con el subtítulo que dice “Atención”, parece avisar de ese peligro. Algo que también hace el personaje con el dedo. Parece decir, “cuidado con lo que puede venirnos encima”.

Lamentablemente acertó, y Hitler llegó al poder en 1933. Para entonces, Grosz ya se había establecido como profesor en los Estados Unidos, y el régimen nazi lo tenía como un artista degenerado, e incluso lo denominaron como “el bolchevique cultural número uno”.